La furgoneta en la que murieron el jueves dos niños de tres y cinco años, de origen ecuatoriano, en Quintanar del Rey (Cuenca), resbaló por una pendiente hasta que chocó contra el bordillo del jardín de una vivienda mientras ardía. Al parecer, "el padre de los menores dejó puesto sólo el freno de mano".
En declaraciones a Europa Press, el alcalde de la localidad, Martín Cebrián, explicó que los hechos ocurrieron alrededor de las 17.00 horas, momento en el que el padre de los niños, que también resultó herido en el suceso, se personó en las dependencias de una planta de compós para el cultivo de champiñones con el propósito de hacer varias gestiones.
"Desde el momento en el que aparcó hasta que el coche empezó a arder no pasaron ni cinco minutos. Fue una situación lamentable", subrayó consternado. En este sentido, explicó que las posibles razones para que el coche terminase resbalando por la pendiente fueron que "al haber puesto sólo el freno de mano, el fuego quemó la zapatilla del pedal, y fue en ese momento cuando se deslizó hacia atrás".
El funeral y el entierro de los pequeños será hoy en la localidad, puesto que la jueza que lleva el caso no deja repatriarlos a Ecuador, tal y como reclamaron los padres, porque la investigación continúa abierta. Tendrá lugar a las 17.00 horas en la parroquia San Marcos Evangelista.
