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La gran noche de la diva inesperada

La madre de Paco y María León aspira hoy al Goya a la Mejor actriz revelación por su fantástico debut en 'Carmina o revienta'.

el 17 feb 2013 / 19:24 h.

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"Me llamo Carmina, tengo 58 años, y el primer cigarro me lo fumé yo con siete años". Con estas palabras se presenta la sevillana Carmina Barrios en la película que la ha convertido en la inesperada estrella del año en el cine español, Carmina o revienta, el debut de su hijo Paco León como director y el suyo como actriz.

En un medio que ha hecho de los clanes una tradición -los Forqué, los Bardem, los Ozores, los Guillén, los Gutiérrez Caba, los Larrañaga, los Querejeta-, la irrupción de los León Barrios ha sido una sorpresa total por muchos motivos. Por un lado está la popularidad de Paco gracias a su papel de Luisma en la serie televisiva Aída; por otro, la fuerza de su hermana María, que el año pasado levantó pasiones con su papel en La voz dormida, de Benito Zambrano, que le dio un Goya; y luego por la fuerza silvestre, ayuna de método, de Carmina, que se interpreta a sí misma en el filme, fumando como un carretero, enfundándose en imposibles mallas de leopardo y sobre todo desplegando un léxico que haría persignarse a los curas de antaño.

Esa naturalidad salvaje les ha llevado a definir el trío familiar bajo las coordenadas "cabeza, corazón y coño". La cabeza es Paco, el corazón sería su hermana, y el coño, la madre que los parió: Carmina Barrios, tal vez demasiado veterana para fungir como princesa del pueblo, pero lo bastante talentosa como para reinar en el nuevo mercado indie, esa reinvención del modelo de negocio en el séptimo arte que pasa por grabar con los mínimos medios y explotar vías de difusión como internet o el DVD de kiosco.

300.000 espectadores -76.000 proceden procedentes de plataformas de vídeo bajo demanda en Internet- y 650.000 euros recaudados hablan por sí solos del arrollador éxito de esta mujer arrolladora. "Mi madre ha conseguido más contra la piratería que la ley Sinde", ha afirmado Paco León en más de una entrevista.

No creemos decir ninguna barbaridad si afirmamos que, en medio de un reparto mayoritariamente profesional, Carmina es con diferencia la mejor, ya sea porque su papel está hecho a su medida, ya sea porque parece haberse comido a Nuria Espert o haber recibido clases de Fernán-Gómez en una vida anterior. ¿De dónde saca esa proyección, quién le ha enseñado a mirar de ese modo, cómo lo hace? Ella misma ha reconocido que la escena en la que su personaje defeca dentro del coche estando acompañada por su hija, admite que fue cien por ciento real. El teatro de la vida, con su carga de comedia y de tragedia, la hizo tal y como se ve.

Las ofertas no se han hecho esperar, y estos días ha estado rodando en la nueva película del sevillano Santiago Amodeo, ¿Quién mató a Bambi?, compartiendo elenco con Clara Lago, Quim Gutiérrez, Ernesto Alterio y Julián Villagrán.

Madre "española y trianera", como le gusta presentarse, Carmina Barrios tiene esta noche una cita en el Centro de Congresos Príncipe Felipe de Madrid con la Historia y con el lexatín: su nombre figura entre las candidatas a Mejor actriz revelación de los premios Goya, y no está precisamente baja en las quinielas.

Carmina ya recibió en abril del pasado año el premio Biznaga de Plata a la mejor actriz en la decimoquinta edición del Festival de Málaga de Cine Español, Allí, mientras ella repetía para sus adentros algo así como "qué coñazo, y qué cagadera, y veremos a ver si no me parto la boca con la alfombra esta", le preguntaron, y mucho, si el próximo paso sería el cabezón.

Prudente como ella sola, se limitó a responder que ella no podría hacer como María, que para atemperar los nervios de los Goya el año pasado prescindió de toda su ropa interior, y reconoció que por si acaso llevará el carro de la compra para cargarlo, y que ya tiene reservado un hueco en la cocina, para darle besos o echarlo a un lado cuando estorbe. Mientras tanto, a seguir disfrutando del momento, y como quien no quiere la cosa ya ha dejado caer que no le importaría en absoluto ser chica Almodóvar, pues el manchego, añade, es "muy de mi rollo".

Musa de esa poética de bocata de mortadela, chándal diario y calendarios con vírgenes que la España moderna tenía medio olvidada, diva entre vapores de berza y de Ducados, Carmina Barrios ha venido a demostrar que ser uno mismo es la mejor manera de ser una estrella, y que frente a las grandes multinacionales del espectáculo hay huecos para un negocio familiar.

Hoy, en la que promete ser la gran noche del cine sevillano y andaluz, Carmina Barrios puede tocar el cielo con las manos. Lo que no espera es que nada de esto le cambie la vida. Si este éxito te pilla con veinte años acabas en el manicomio, pero una curtida ama de casa no puede sino verlo con distancia: "Me seguirá doliendo el mismo pie", sentencia Barrios.

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