Así titulaba La Repubblica un servicio especial con una gran foto a toda página de la Expo'92 de Sevilla. Hoy, 31 de marzo de 2008, el Bureau Internationale des Expositions decidirá la sede de la prevista para 2015: Milán o Esmirna. Pareciera que a la capital económica de Italia le fuera en ello la vida. La crisis económica en la que estamos sumidos gravita sobre las elecciones italianas, y el pulso entre la derecha y la izquierda reproduce el tenido en España. Crisis económica que se suma al hastío que muchos italianos manifiestan por la larga crisis política derivada del modelo de la posguerra, cuyo límite pudo estar en el asesinato de Aldo Moro y la catarsis frente a la corrupción, pero que la mutación partidaria en curso aún no acierta a superar.
En Milán, la paralización de las obras de Malpensa es el reflejo de los problemas en el sector de la construcción. "Mal di Milano" titulaba en portada un reciente número del semanario L'espresso, poniendo la esperanza sanadora en la adjudicación de la exposición internacional que podría generar inversiones por mas de 4.000 millones de euros. El tema sería la alimentación: "Nutrir al planeta, energía de la vida", pudiendo reunir unos 120 países expositores.
El evento será para la ciudad ganadora un gran acontecimiento cuya eficacia mayor radicará en el impulso a las coordenadas estructurales e infraestructurales y, dada la actual coyuntura económica internacional, dulcificar los efectos locales de la crisis económica internacional. Pero en Sevilla quizá comprendemos mejor a Esmirna, la tercera ciudad de Turquía, tras Estambul y Ankara, en el litoral mediterráneo del Egeo de la vieja Anatolia homérica, que aspira a ganar, con grandes posibilidades de éxito, con el tema "Salud para todos. Nuevos itinerarios hacia un mundo mejor". De conseguirlo sería la primera ciudad musulmana en integrarse en la historia de las grandes exposiciones internacionales. Con apoyos como el del ex canciller alemán Schroeder, el patriarca ortodoxo Bartolomé o el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, son muchos los argumentos geopolíticos y geoestratégicos que harían de esta elección la mejor.
Al avanzar el siglo XXI, los grandes eventos internacionales creados en el siglo XIX mantienen su vitalidad. Y la dimensión tangible de las transformaciones físicas revelan su compatibilidad con los fascinantes avances de las tecnologías de la información y de la comunicación. Los habitantes de las ciudades exigimos innovaciones espaciales para una vida mas confortable y eficiente, compatibles con la adecuación sostenible al medio natural y al paisaje cultural. Muy pronto quedará inaugurada la Exposición de Zaragoza, dedicada al agua, proyectada con una decidida puesta en valor de la condición fluvial de la ciudad. Tanto que, contra lo deseado por los habituales agoreros, el recinto está respondiendo de manera excelente a los desbordamientos, naturales en un cauce vivo, y cuyo impacto está previsto en el trazado de la exposición.
Catedrático de Arquitectura de la Hispalense
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