"Bertolt Brecht escribió que cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad es hora de comenzar a decir la verdad". Con esta frase, extraída de una entrevista en El País, el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, justificó su determinación a hacer estallar una vez más -aunque de forma más escandalosa que otras veces- la guerra entre Esperanza Aguirre y la dirección nacional del PP. Una sola pregunta del periodista hizo de detonante para que Cobo lavara en público los trapos sucios del partido.
El número dos de Gallardón dejó claros cuáles son los dos bandos en el PP y quién está de parte de quién. Y para ello recurrió a la última gran pugna que ha enfrentado a unos y otros: Caja Madrid. "Lo que está haciendo la gente de Aguirre con Rato es de vómito", dijo, en referencia a la lucha entre la presidenta de Madrid y Mariano Rajoy para llevar a sus candidatos -Ignacio González y Rodrigo Rato, respectivamente- a la presidencia de la Caja madrileña.
Ayer, mientras los titulares de la entrevista a Cobo empezaban a colarse en los teletipos y en las tertulias políticas, el PP madrileño reunía a su Comité de Derechos y Garantías para estudiar la situación. Pero los populares madrileños chocaron con una hecho: Manuel Cobo es miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP desde hace 15 meses por petición expresa de Rajoy y el artículo 49 de los Estatutos del partido dice que el Comité Nacional tiene competencia "exclusiva" sobre aquéllos que "pertenezcan a cualquier órgano nacional del partido".
Que el vicealcalde de Madrid tiene un segundo cargo en la formación popular lo deja clarísimo la entrevista de El País en la entradilla, lo cual hace pensar que Cobo tenía perfectamente medidas sus palabras y sabía que el PP madrileño está atado de pies y manos y no puede sancionarle.
Cuando el contenido de la entrevista terminó de difundirse, las reacciones no se hicieron esperar. Los socialistas madrileños aprovecharon la coyuntura para hacer oposición -Tomás Gómez (PSM) se preguntó si Gallardón quiere "dar a Aguirre la pistola para cargarse a Rajoy y a Zapatero"- y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal intentó poner paz pidiendo "prudencia" y "discreción". Pero el embrollo ya no tenía desenredo.
En estas circunstancias, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, dejó claro de parte de quién está al decir que "siempre" ha respaldado a Cobo y "ésta no será una excepción". Pero no le habría hecho falta explicarse, ya que en su entrevista en el citado diario el vicealcalde hizo un dibujo perfecto de la guerra interna del PP, que lleva asfixiando al presidente popular desde que llegó al cargo en 2004: Cobo quiere a Rato en Caja Madrid porque Cobo es leal a Gallardón, mientras que el alcalde madrileño opta por Rato porque es el candidato de Rajoy y no el de Aguirre.
Frente a ellos está la presidenta madrileña, el mayor dolor de cabeza tanto de unos como de otros, pero una de las personas con más gancho electoral del PP. Y, en medio de tanto lío, una Caja evidentemente politizada que necesita un equipo directivo. En resumen -explica Cobo- "poder, mucho poder" es el que hay en el fondo de esta guerra.
El vicealcalde de Madrid asegura que "hubiera preferido que no fuera necesario decir todo esto", pero lo cierto es que en sus palabras se refleja el rencor de haber sido -siempre supuestamente- espiado por la trama de espionaje dirigida por la Consejería de Interior madrileña mientras Francisco Granados -aguirrista, para más inri- la dirigía.
Sea cual sea el desenlace de esta nueva lucha, acabe quien acabe en la cúpula de la disputada Caja, lo cierto es que a Rajoy se le han vuelto a desbocar los caballos y que la batalla más importante a la que ha de enfrentarse el Partido Popular es, una vez más, la que libra contra sí mismo.
