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La herencia, siempre la herencia

Zoido eludió concretar un proyecto de este año o fijar la prioridad del mandato.

el 16 may 2012 / 21:20 h.

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Zoido saluda al exalcalde Monteseirín en una imagen de archivo.
Cuando el alcalde fue preguntado ayer por una sola iniciativa que destacaría de su primer año, eludió concretar y optó por decir que todas las que han servido para enderezar el Ayuntamiento. Cuando tuvo que contestar cuál es su prioridad para los próximos años, se limitó a señalar que se redoblarán los esfuerzos para "cubrir las necesidades de la población" centrándose en materia de empleo y seguridad.

Cuando tuvo la oportunidad de explicar cuál su percepción como regidor de las históricas cifras del paro y cuáles son las medidas que se adoptarán en los próximos años, aludió a que no es competencia municipal, pero que todo está encaminado a "mejorar el funcionamiento de la ciudad" para que haya "confianza, ilusión y nuevas empresas" y a referirse a medidas que ya han fracasado como la Mesa por el Empleo de la que se retiraron los sindicatos tras denunciar una falta de compromiso del Ayuntamiento. Cuando pudo, finalmente, decir si se consideraba satisfecho con el balance de ejecución de los compromisos no eludió una cierta resignación: "No se ha podido hacer más, pero aún quedan tres años de mandato".

El balance de un gobierno se asienta sobre dos pilares. Por un lado, poner en valor los logros y avances realizados durante el periodo transcurrido. Por otro, establecer los objetivos y prioridades para el periodo de gobierno que resta. El problema que tuvo que afrontar ayer Zoido, cuando está a punto de cumplirse un año de su llegada a la Alcaldía, es que ni tiene grandes iniciativas ni medidas que destacar, ni quiso marcar retos concretos de futuro. Este primer año ha sido para "pagar, ordenar y empezar a trabajar.
Y con ese marco, todo se centra en la misma respuesta que lleva un año encima de la mesa: "la herencia recibida" que tanto ha costado digerir. Cada balance que el alcalde realizaba tenía como punto de partida la situación del área que se encontró cuando llegó al gobierno para a continuación detallar cómo se habían desbloqueado proyectos o resuelto situaciones económicas complejas y, posteriormente, enumerar una serie de iniciativas de gestión ordinaria de recursos que se habían conseguido poner en marcha pese a la dificultad.

Este escenario deja a la herencia como doble protagonista del primer balance. Por un lado, porque el punto de partida de todos los análisis, la justificación de los compromisos que se han podido o no realizar y la puesta en valor de las medidas llevadas a cabo toma siempre como punto de partida el legado del anterior gobierno. Por otro, porque ante la falta de iniciativas nuevas es fácil rastrear en la mayor parte de las actuaciones decisiones o medidas del anterior gobierno.

La herencia ni siquiera cedió protagonismo ayer a los proyectos de futuro de envergadura. Sólo destacan los tres millones que se han conseguido para invertir en colegios, los 57 kilómetros de carril bus vinculados a la venta de la Gavidia, los parkings, que no estarán antes de 2014, la Gavidia, cuya operación tiene ahora serias dificultades y la implantación de Ikea que se aceleren los trámites no llegará a las elecciones.

Queda por tanto sólo la micropolítica. La gestión de los servicios públicos, el cumplimiento de las ordenanzas, la limpieza. Para Zoido ese es el eje de su balance, el que le permite "tener la mejor de las calificaciones". Sólo, eso sí, la evaluación gira siempre en torno al pasado. En torno a la herencia recibida.

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