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La Hermandad de la O

Ah, qué sana envidia respiro por los países anglosajones, que aprendieron mucho antes que nosotros y sin necesidad de farragosos detalles semánticos que las palabras carecen de sexo a pesar de la letra en que terminen y que no se enfadan si uno las viste del color del cielo o del de la pantera de Henry Mancini, porque en cuestión de horteradas no hay nada escrito.

el 15 sep 2009 / 06:20 h.

Ah, qué sana envidia respiro por los países anglosajones, que aprendieron mucho antes que nosotros y sin necesidad de farragosos detalles semánticos que las palabras carecen de sexo a pesar de la letra en que terminen y que no se enfadan si uno las viste del color del cielo o del de la pantera de Henry Mancini, porque en cuestión de horteradas no hay nada escrito.

Pero en fin, si por aquí abajo tenemos que acostumbrarnos a la paridad y admitir tonterías como miembra o conserja, rompamos una lanza por la masculinidad igual que Alfonso Guerra y hagámonos hermanos de la O: desde aquí defiendo los derechos del maquinisto y el astronauto.

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