El jinete español Cayetano Martínez de Irujo ha lamentado la imagen que tiene la hípica en España y ha asegurado que "no es un mundo de señoritos ni de privilegiados y podría ser una industria que daría muchísimos puestos de trabajo".
"No nos creen y tenemos una etiqueta que no nos quitamos de encima", ha añadido.
Martínez de Irujo ha hecho estas declaraciones en el complejo hípico Aros, en Molina de Segura (Murcia), donde participa en la segunda semana de la Copa de Invierno, un concurso de saltos de tres estrellas que reúne a buena parte de los mejores jinetes del país.
El conde de Salvatierra, de 51 años, vuelve a competir tras el fallecimiento de su madre, la duquesa de Alba.
"Llevaba dos meses y medio sin montar por todo lo que me ha acontecido. Todo vino por sorpresa, pues hubo que hospitalizar de urgencia a mi madre por una infección que se fue al pulmón. He recuperado los bártulos hípicos con rapidez, pues ya me había comprometido con Isabel Hernández -directora del complejo- para venir a este concurso", ha destacado.
"Me gusta estar aquí, ahora que mi carrera deportiva ya está hecha y básicamente monto para divertirme, tras haber estado obsesionado por hacerlo bien y por mantenerme en la competición con mucho esfuerzo, algo que, al ser español, cuesta", ha explicado.
"Las sensaciones son muy buenas y venir aquí es un soplo de vida, pero estoy bastante bajo de nivel tras dos meses sin subir a un caballo", ha precisado.
Martínez de Irujo ha valorado lo hecho por el complejo Aros con este concurso hípico nacional: "Tenemos suerte de que haya iniciativas como la de este club en España, país en el que este deporte progresa poco porque no nos creen y tenemos un etiqueta que no nos quitamos de encima de ninguna manera".
"El mundo ecuestre no es de señoritos ni de privilegiados, aunque la alta competición sea diferente, y somos el único país de Europa, y me canso de decirlo, en el que no ha mejorado la cría de caballos o lo ha hecho muy poco desde hace 25 años", ha sostenido.
En su opinión, "si hay actividad es gracias a lo que hacen el Club de Campo de Madrid, el de Polo de Barcelona, Amancio Ortega con sus instalaciones de Casas Novas y algunos otros clubes como Pineda, de Sevilla, o Aros".
"Es una lástima lo que ocurre aquí, cuando en la mayoría de países de Europa la hípica es una industria importantísima y en España daría muchísimos puestos de trabajo", ha añadido.
La docencia ecuestre y la cría de equinos son dos de los grandes problemas de la hípica española, ha afirmado.
"Somos los últimos del continente en tener titulación oficial y eso ha ocurrido diez años después que en Portugal. En cuanto a la cría, habría que fomentarla y yo recuerdo que hace 20 años me reuní con Manuel Fraga y estando Loyola de Palacio como ministra, así como con el general de Cría Caballar, y no hubo manera de conseguirlo, pues, aunque había voluntad, la federación española ni aparecía en las reuniones y daba la sensación de que era una cosa mía", ha relatado.
