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La Hispalense dará más clases en inglés y titulaciones bilingües

El rector pide en el acto de apertura de curso suplir la falta de dinero con «entusiasmo y esperanza»

el 25 sep 2010 / 17:26 h.

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Consciente ya de que la alcancía no da para más, el rector de la Universidad de Sevilla animó ayer a los suyos (profesores, estudiantes y personal de administración) a suplir la falta de dinero con "entusiasmo" para afrontar así el nuevo curso que comienza el lunes con "la esperanza en el futuro de nuestra Universidad".

Joaquín Luque claro que hizo referencia a los problemas económicos con los que se ha adaptado la oferta académica al nuevo modelo de Educación Superior (el famoso "coste cero" del Plan Bolonia). Y por supuesto que advirtió del "escenario de austeridad, de contención del gasto y de gestión rigurosa" con el que habrá que trabajar este curso (con alusión incluida al recorte del salario de los funcionarios, una medida con "efecto desincentivador"). Pero el máximo responsable de la institución prefirió contagiarse de optimismo. El mismo que quiso ver en las palabras del secretario general de Universidades, Francisco Triguero, cuando recordó que la Junta "quiere mantener sus compromisos financieros con las universidades pese a la difícil situación".

Así pues, como de mirar al futuro se trataba, el rector firmó ante los presentes al acto de apertura del curso en el Paraninfo un contrato para este año que se resume en siete objetivos. Después del "triunfo" de ver adaptada en tiempo récord la oferta de la Universidad al Plan Bolonia, Luque abogó por "la consolidación" de esa oferta académica. Ahora queda lo más difícil: pasar Bolonia del papel a la realidad, lo que implica "nuevas políticas de profesorado, de adaptaciones metodológicas y de creación de grupos más reducidos de estudiantes", dijo Luque. "Son acciones -prosiguió- que acometeremos en la medida que las posibilidades económicas nos lo permitan".

El segundo de los objetivos es el de "potenciar la calidad docente". Para ello, "concretaremos un sistema de evaluación de la docencia. Esta cuestión la abordaremos con una inagotable voluntad de diálogo y consenso".

El rector se impuso el reto, en tercer lugar, de captar a los mejores estudiantes, docentes e investigadores. Pero si hay una prioridad en la que más énfasis puso fue en la de la internacionalización de la Universidad. Y sobre ella empezó haciendo autocrítica -"nos queda mucho camino para recorrer en la movilidad de estudiantes, profesores y personal de administración y servicios"- y terminó haciendo un anuncio: "Ampliaremos las titulaciones bilingües y el catálogo de asignaturas impartidas en inglés".

El capítulo de infraestructuras, como todos los años, es el quinto de los objetivos a cumplir. La inauguración del Instituto de Biomedicina de Sevilla y de la Facultad de Ciencias de la Educación en Viapol -"uno de los espacios urbanos y educativos más prometedores de la ciudad"- serán algunos de sus hitos más señalados. La lista de prioridades la cierran el "liderazgo cultural en Sevilla" y el campus de excelencia impulsado conjuntamente con Málaga. En relación con este último objetivo, llamó la atención lo medido del discurso del rector.

Frente al optimismo de la primera convocatoria -de la que al final Sevilla quedó excluida-, Luque pareció ayer restar importancia a la que está a punto de fallarse. "La excelencia no es una meta; es un camino. A la excelencia no se llega; en ella se está. La excelencia no se otorga, se reconoce (...) Pase lo que pase, las universidades de Sevilla y Málaga seguiremos adelante con el proyecto Andalucía Tech" que, entre otras cosas, supondrá la puesta en marcha de los grados conjuntos de Estudios de Asia Oriental, Ingeniería Energética e Informática Médica.

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