Llevan más de un lustro dedicados a la investigación, tienen más de 30 años y después de haber demostrado que están entre los mejores, se quedan en la calle. Es el perfil tipo de los investigadores universitarios. A ellos, la Universidad de Sevilla les ofrecerá a partir de septiembre contratos fijos con el fin de evitar la fuga de cerebros.
Ya existe un preacuerdo entre el comité de empresa del Personal Investigador y Docente (PDI) y el Vicerrectorado de Profesorado para poner en marcha el curso que viene el llamado Plan de estabilización para los investigadores, una promesa electoral del rector Joaquín Luque, que a partir de septiembre tomará cuerpo. En líneas generales, el plan consiste en que todos aquellos investigadores a los que ahora se les acaba la beca Ramón y Cajal, o similares, puedan optar a una plaza pública -un contrato indefinido en la Universidad de Sevilla-.
Dicho de otro modo, la institución hispalense les ofrece estabilidad laboral después de cinco años, como mínimo, dedicados a la investigación y en los que la incertidumbre sobre su futuro profesional ha sido la tónica. El presidente del comité de empresa del PDI, Juan Vázquez, calcula que en torno a 44 investigadores podrán beneficiarse de este Plan de estabilidad en los próximos años. El curso que viene serán una decena.
De calidad . Lo importante, recalca, no es el coste que este plan pueda tener para las arcas de la Hispalense, sino "el mensaje que estamos lanzando tanto de puertas para adentro como de puertas hacia fuera". Y es que, además de la estabilidad laboral para los afectados de dentro de la casa, el plan evidencia la apuesta de la Hispalense por la investigación de calidad.
El Plan de estabilidad prevé también que, mientras se resuelve el concurso de las plazas, los investigadores serán contratados de forma interina. Por último, aquellos investigadores que consigan acreditarse ante la Agencia Nacional de Evaluación como titulares de universidad serán automáticamente pasados a la categoría de contratado doctor.
