El rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano y el resto de autoridades de la Hispalense junto a los premios extraordinarios del curso 2011-2012
(Fotogalería del acto)
La Universidad de Sevilla entregó este miércoles los títulos correspondientes a los Premios Extraordinarios Fin de Carrera, pertenecientes al curso académico 2011-2012. La ceremonia, que tuvo lugar en la sede de la Hispalense en la iglesia de la Anunciación, contó con la presidencia del rector, Antonio Ramírez de Arellano, acompañado por varios de sus vicerrectores. Entre ellos, Teresa García, de Relaciones Institucionales; y Julia de la Fuente, de Estudiantes.
Precisamente ésta última fue la encargada de dirigir las primeras palabras de felicitación a los licenciados, diplomados y graduados de las 67 titulaciones de la Universidad de Sevilla que se encontraban presentes en el acto. En su intervención destacó el papel de los egresados, que tiene un plus de responsabilidad ante la sociedad para devolverle todo lo invertido en su educación.
De entre todos los titulados, la licenciada en Farmacia, Esther Vázquez-Limón, fue la encargada de dirigir unas líneas en nombre de sus compañeros, agradeciendo unos premios que suponen un reconocimiento al esfuerzo y al trabajo. También tuvo palabras de corte reivindicativo sobre el marco de incertidumbre que la universidad vive desde hace algunos años. En este sentido, advirtió que los recortes y los retrasos en los pagos acabarán por afectar a la formación, la investigación y la innovación tecnológica. No fue éste el único detalle que destacó en su intervención. Para despedirse hizo un guiño a su condición religiosa y utilizó el lema franciscano paz y bien.
El rector de la Hispalense, Antonio Ramírez de Arellano, fue el encargado de cerrar esta fiesta de la excelencia. Sus palabras mantuvieron el tono de alerta cuando advirtió que los recortes conducirán a que millares de jóvenes tengan que abandonar la universidad o no puedan acceder a ella.
Sonaba así el Gaudeamos Igitur, el himno universitario. Sus notas delvolvían el espíritu académico a la ceremonia, mostrando que más allá de recortes la excelencia de los egresados seguirá siendo digna de reconocimiento.
