En plena vorágine de adaptación del mapa de titulaciones al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (Plan Bolonia), la Universidad de Sevilla ya trabaja en la oferta nueva que quiere incorporar el próximo curso. Hay hasta siete grados que podrían sumarse al listado de títulos a estudiar en la Hispalense en 2010/2011.
Algunos de esos grados son adaptaciones de titulaciones de segundo ciclo ya en curso y otros son completamente novedosos. Dentro del primer cupo se enmarcarían grados como el de Bioquímica, Antropología y Organización Industrial. En el caso del segundo segmento se encuadran el Grado en Conservación, Humanidades, Ingeniería Civil y Logopedia. El vicerrector de Ordenación Académica, Miguel Ángel Castro, se apresura a aclarar dos cosas: que en este listado "no están todos los grados nuevos que puede haber" y que la "intención", no la prioridad, de la Hispalense es ofertar nuevos títulos. "Lo obligatorio en este momento es adaptar el mapa de titulaciones", apostilla. Y es que el próximo curso todas las carreras tienen que estar ya convertidas en grados, tal y como exige Bolonia.
El trabajo -"rápido y ejemplar", a juicio de Ordenación Académica- ha sido a contrarreloj. En la Hispalense, el 59% de la oferta de este curso ya cumple con el nuevo modelo. En números, quedaría así: 51 de los títulos antiguos están ya adaptados a Bolonia; de los 11 títulos de segundo ciclo, lo están siete; y a la oferta se han incorporado además cuatro grados nuevos. Por ramas, la de Ciencias de la Salud ha sido la más cumplidora (siete de siete), seguida de Artes y Humanidades, Ciencias Experimentales y Ciencias Sociales y Jurídicas. Donde queda aún mucho por hacer es en la rama de la Arquitectura e Ingeniería. De las 15 titulaciones que hay, tan sólo una, la de Ingeniería de la Edificación (hasta anteayer Aparejadores), está ya adaptada. La Hispalense justifica este retraso en que el Consejo Andaluz de Universidades (CAU) ha estado esperando hasta hace muy poco las directrices a seguir. Es decir, los reales decretos que fijan las atribuciones profesionales. Castro confía en que antes de final de año estén aprobados los grados que quedan.
Aunque en el camino, el Gobierno tiene que resolver antes el conflicto con Arquitectura y Medicina, que exigen tener categoría de máster, como ya se le concedió a los ingenieros. Y aquí la Universidad mantiene una actitud ambigua. ¿Apoya la petición de sus dos centros? "Es una reivindicación legítima. Estamos a la espera del resultado de la negociación con el Gobierno, en función de la cual responderemos en tiempo y forma", se limita a contestar Castro.
Si hay algo que cambia en la oferta académica con Bolonia, es la incorporación de los másteres oficiales. Este curso, La Hispalense dispone de 43 títulos, nueve adaptados y verificados por Aneca y 34 en proceso. ¿Y para el futuro, cuál será la oferta? Se diseñará teniendo en cuenta tres principios: la calidad "contrastada" del profesorado y los contenidos; la demanda, siempre respetando un "justo equilibrio entre las diferentes áreas de conocimiento"; y el grado de satisfacción -"no de empleabilidad", subraya Ordenación Académica- del máster.
Lo que la Universidad sabe es que en la oferta de másteres hay un auténtico filón. Desde que se implantaron, en el curso 2006/2007 ha pasado de 420 alumnos a 2.220 actuales, con un 17% además de alumnos extranjeros. La Hispalense se ha puesto como techo alcanzar al final del mandato actual -dentro de dos años- un máximo de 8.000 estudiantes de máster.
