La Hispalense se ha puesto una meta muy ambiciosa a cumplir en el plazo de cinco años: convertirse en la mejor institución académica del país. Para ello ha dibujado un Plan Estratégico en el que, entre otras cosas, se proponen incentivos para reconocer la producción científica de calidad.
Dos años después de que se anunciese, el Consejo de Gobierno de la Universidad de Sevilla aprobó ayer inicialmente el Plan Estratégico de la cinco veces centenaria institución académica. El objetivo a cumplir en el plazo de cinco años es más que ambicioso, osado: "Queremos ser los números uno en docencia. Para los alumnos debe ser un orgullo y un mérito estudiar en la Universidad de Sevilla".
El director del Plan Estratégico, Emilio Díez de Castro, fue el encargado de presentar las líneas básicas del documento, que ahora tendrá que ser supervisado por el Consejo Social antes de su aprobación final en el plazo de un mes y medio, "como muy tarde", subrayó.
Los 171 miembros de la comunidad universitaria que han participado en la elaboración de este documento han fijado seis líneas de actuación, a saber: una universidad "excelente" para aprender y enseñar, innovadora, comprometida con las aspiraciones de los estudiantes, moderna y renovada, integrada en su entorno y solidaria y comprometida con el medio ambiente. Estas líneas tan genéricas se traducen en acciones concretas, que son las siguientes:
El Plan plantea formación de los estudiantes en técnicas de expresión oral, fomento de la colaboración con universidades europeas para el reconocimiento mutuo de los estudios, así como nuevas infraestructuras (facultades, bibliotecas, laboratorios... la mayoría de ellas ya en construcción).
Entre las acciones recogidas, destaca la puesta en marcha de incentivos orientados al reconocimiento de la producción científica de calidad, la impartición de asignaturas en inglés, así como la creación de un observatorio de empresas creadas por la Hispalense.
El Plan apuesta por que las empresas tutoricen a los mejores alumnos desde el comienzo de sus carreras en previsión de las necesidades futuras de contratación.
Se ampliará la descentralización de recursos.
Se harán campañas de imagen en los institutos, se promoverá la incorporación del profesorado al tejido productivo y que los titulados creen empresas en los tres años siguientes a su graduación.
Se eliminarán las barreras arquitectónicas del campus y se incorporarán sistemas energéticos alternativos.
