Cinco años y dos rectores después, la Universidad de Sevilla volverá a debatir sobre el sistema de elección a rector. Fue al final del mandato de Miguel Florencio, en 2007, cuando se adaptaron los estatutos de la institución a la ya entonces reformada Ley Orgánica de Universidades (LOU) y se fijó en la constitución universitaria que el rector fuera elegido por el Claustro (algo más de 300 personas) en vez de por sufragio universal (todos los miembros de la comunidad académica), tal y como estaba vigente en ese momento. La decisión abrió una brecha que a punto estuvo de fracturar en dos a la institución. El mandato de Joaquín Luque , sucesor de Florencio en el Rectorado, también vivió algunos intentos, más tibios, de resucitar el debate. La respuesta fue siempre la misma: no era el momento.
Sin embargo, el Gobierno de la Universidad de Sevilla debe abrir ahora de nuevo este melón con un escenario bien incierto, ya que una comisión de expertos, al margen de las universidades, está ultimando por encargo del Ministerio de Educación una reforma del modelo de enseñanza superior en el que se incluye incluso un posible cambio de sistema de elección a rector. La propuesta pasa por eliminar cualquier proceso electoral (ni Claustro ni sufragio universal)y que sea un órgano controlado por empresarios y políticos el que tenga la última palabra. En este contexto, la comisión de proyectos normativos se reunió el pasado viernes 23 de noviembre con el fin de empezar a analizar la iniciativa presentada por la asociación Adius (Asociación de personal docente e investigador) y avalada con la firma de 124 claustrales en la que se pide debatir la implantación del sufragio universal como sistema de elección del rector. Adius lo lleva reinvindicando desde hace cinco años y es precisamente en este momento, quizás el más inoportuno, cuando ha recabado los apoyos necesarios.
La comisión no solo abordará la propuesta de los 124 claustrales, sino que tiene manos libres para debatir la cuestión "en toda su amplitud" e incluso presentar propuestas alternativas. Está facultada para ello después de que en el último Consejo de Gobierno, celebrado en octubre, se presentara un informe jurídico de la Secretaría General en el que se advertía de que un posible cambio del artículo 19 del Estatuto (el que regula la elección del rector) podía tener consecuencias en otros puntos del texto normativo. Por ello, se instaba a la comisión a abordar el asunto sin cortapisas.
Para que la propuesta de los claustrales salga adelante en la comisión de proyectos normativos hace falta obtener la mitad más uno de los votos. En caso de salir, todavía tendría que pasar el trámite más complicado: el respaldo del Claustro, donde se pueden presentar enmiendas y donde las exigencias de apoyo son mayores.
Como todas las vías están pues abiertas, el rector Antonio Ramírez de Arellano es muy probable que traslade a la comisión de proyectos normativos una transaccional: mantener el actual sistema de elección del rector por el Claustro pero acompasando la renovación de este órgano con las elecciones. En este momento, ambos procesos están desincronizados lo que provoca la siguiente situación: el Claustro acaba de elegir a un nuevo rector pero su mandato acaba a finales de la primavera, por lo que los nuevos miembros tendrán que fiscalizar la labor de un responsable académico que no han elegido.
La Universidad de Sevilla pues reabre el debate sobre la elección de rector cuando, quién sabe si dentro de dos meses, el Gobierno elimina vía decreto los procesos electorales en las universidades.