La economía sevillana no siempre estuvo en números rojos. Sevilla también tuvo su época de esplendor y de ello dan fe los cientos de documentos que atesora la Cámara de Comercio en su archivo histórico, inaugurado ayer por los Príncipes de Asturias. El archivo guarda legajos con un "importante valor histórico como fuente para el estudio de la historia del comercio, la industria y la navegación, desde principios del siglo XV", cuando Sevilla empezaba a despuntar como epicentro del comercio mundial (se asentaría como tal tras el descubrimiento de América por Cristóbal Colón).
Don Felipe y Doña Letizia conocieron y "apreciaron más de cerca la solera y tradición más que centenarias del empresariado sevillano", y recorrieron durante una breve visita parte de las instalaciones del archivo y de la Cámara de Comercio, un edificio del XVIII restaurado.
El archivo de la Cámara atesora los documentos generados por la citada entidad desde 1886 hasta la actualidad, pero también los legajos de entidades antecesoras, como los llamados consulados de mercaderes. Entre los fondos documentales también destaca el conocido como consulado de cargadores a Indias (1561-1784). Ésta fue creada por Felipe II como corporación de todos los mercaderes y comerciantes involucrados en el tráfico de las carreras a Indias, y como tribunal privativo encargado de resolver pleitos y litigios entre sus miembros como consecuencia de sus prácticas mercantiles.
Al desaparecer el Consulado de cargadores, Carlos III le dio forma al Consulado marítimo y terrestre (1784-1829), dedicado a resolver litigios sobre ventas, compras y tratos mercantiles. Desde 1829 a 1868 existió el Tribunal de Comercio. existió hasta la caída de Isabel II, año en el que desaparecieron muchas entidades del Antiguo Régimen, entre ellas, los tribunales.
Por último, entre los fondos documentales se encuentran los relativos a la Universidad de corredores de Lonja (1367-siglo XIX), formado por un conjunto de agentes e intermediarios que autorizaban las transacciones entre comerciantes realizadas en la Lonja. Como agrupación gremial, desde el siglo XV, pertenecieron a la cofradía de San Leandro.En el siglo XIX pasaron a llamarse Colegio de Corredores.
