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La huelga de Batasuna fracasa y deriva en una jornada de violencia

Mucho ruido y muy poco seguimiento. El Gobierno vasco informó de que sólo el 3,74% del personal publico se sumó al día de huelga convocado por la izquierda abertzale contra las medidas judiciales a Batasuna, PCTV y ANV.

el 15 sep 2009 / 00:09 h.

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Mucho ruido y muy poco seguimiento. El Gobierno vasco informó de que sólo el 3,74% del personal publico se sumó al día de huelga convocado por la izquierda abertzale contra las medidas judiciales a Batasuna, PCTV y ANV. Eso sí, los huelguistas que fueron protagonizaron graves incidentes, con un saldo de 24 detenidos.

La jornada de huelga "no tuvo un seguimiento significativo" en los principales centros de trabajo y empresas vascas y estuvo marcada por las detenciones, sabotajes y barricadas en las calles. El Ejecutivo vasco cifró en un 3,74% (4.899 trabajadores) los empleados de la administración general que secundaron el paro. El consejero de Empleo y Justicia, Joseba Azkarraga, destacó que no habían recibido ninguna convocatoria de paro y, por este motivo, y "a efectos oficiales, esta huelga general no existe".

Sin embargo, el paro si se palpó en las calles del País Vasco. Hasta 24 detenciones se llevaron a cabo en los incidentes que se produjeron a primeras horas de la mañana en Vizcaya (19 arrestos) y Guipúzcoa (cinco). Entre estos últimos arrestos se encontraba un concejal de la localidad de Pasaia y dos miembros de la Policía Local de este municipio.

Violencia.

Los detenidos están acusados de desorden público: desde cortar el tráfico encadenándose a bidones con cemento hasta cruzar contenedores, quemar neumáticos o atentar contra la Policía. Incluso varias personas sabotearon la línea de Renfe entre Tolosa y Legorreta, lo que obligó a interrumpir tres horas el tráfico ferroviario en Guipúzcoa, tanto de larga distancia como de cercanías.

En los incidentes, un viandante resultó herido con una pierna fracturada en Bilbao al tratar de detener uno de los bidones con el que unos huelguistas intentaba cortar el tráfico de acceso a la capital, y una persona que intentaba entrar por la fuerza en el Ayuntamiento de Rentería sufrió una herida en la cabeza al ser reducido por la Ertzaintza. Mientras, en Navarra se formaron barricadas con fuego para intentar bloquear los accesos a los polígonos industriales de Orkoien y Lekunberri, mientras que cientos de personas se manifestaron en Pamplona.

Las primeras reacciones políticas fueron para condenar los sabotajes registrados y tachar de "fracaso" la convocatoria. El secretario general del PSE-EE en Guipúzcoa, Miguel Buen, reclamó que se respetase el derecho a no secundar esta convocatoria, que recordó que era "política" y, por tanto, "ilegal", y matizó que el seguimiento que tuvo se basó "únicamente en la coacción".

El portavoz de la Presidencia de EB, Mikel Arana, pidió a la izquierda abertzale que no ocultase el fracaso del paro y su bajo seguimiento convirtiendo "una jornada de huelga en un borroka eguna (día de lucha)". Por su parte, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, se felicitó por que el paro se desarrolle "con normalidad" y afirmó desconocer si la huelga había sido convocada de manera formal.

Por el contrario, el sindicato LAB consideró que la huelga, con la que se protestaba contra las medidas judiciales contra Batasuna, PCTV y ANV, "tuvo una gran incidencia y repercusión" en el País Vasco, aunque con "unas lógicas diferencias existentes entre comarcas y sectores económicos".

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