Ni acuerdo de última hora ni un último intento de negociación. La plantilla de la empresa de transportes arranca hoy una huelga que durará toda la semana de Feria y que dejará muy mermados los servicios de transporte público.
Todas las líneas que afecten al traslado de ciudadanos al recinto ferial estarán al 50% -lo que elevará hasta ocho minutos el tiempo medio de espera- mientras que en el resto el impacto será incluso mayor: un 25%. Desde hoy se activarán todas las medidas diseñadas para atenuar el impacto de las protestas: el carril bus que unirá el Prado con el Real, la ampliación del parking del Charco de la Pava en casi 4.000 plazas, el refuerzo de las lanzaderas desde la zona de estacionamientos y sobre todo el Metro -que aunque no se reforzará por la huelga sí estará al máximo durante la Feria con más trenes y sin límites horarios-. Pero hay un elemento que será determinante y que subraya el vicepresidente de la empresa, Guillermo Gutiérrez: "Espero que se cumplan los servicios mínimos y que todos se comporten de manera civilizada".
Al contrario de lo que ha ocurrido en convocatorias similares de otros años, el domingo previo a la Feria ni siquiera se produjeron contactos o un último intento de evitar los paros. La dirección de la empresa aguardaba una llamada de los sindicatos, y éstos esperaban un aviso de la empresa tras no lograr una mediación de la dirección provincial del PSOE, como sí ocurrió, aunque sin éxito, antes del Domingo de Ramos.
Ambas partes asumían así como inevitable la huelga al encallar las negociaciones al llegar a un punto en el que no hay acuerdo posible. La dirección está dispuesta a soportar la huelga porque sabe que la ciudadanía culpará de ella a los sindicatos, porque no tiene margen para hacer concesiones y porque si se da un paso adelante ahora, la huelga sólo se retrasará y en 2011, año electoral, será incluso más dura. Los sindicatos, por su parte, ya no tienen ni siquiera una propuesta concreta, pero se ven forzados a aguantar la huelga porque en mayo, una vez superada la Feria y la Semana Santa, no tendrán instrumentos de presión.
En medio de la negociación, la empresa ha retirado su plan de saneamiento, que implicaba la privatización de las líneas deficitarias -principalmente las nocturnas-, la congelación salarial -frente a la subida moderada que piden los sindicatos- y la supresión de la bolsa de 130 trabajadores eventuales -la plantilla quiere un compromiso de que serán indefinidos-. ¿Qué provoca entonces que siga la convocatoria? "No nos fiamos, creemos que lo que quieren es tener manos libres tras la Feria, y poner entonces en manos privadas las líneas de Tussam. Necesitaríamos un compromiso firme y formal de que no se van a privatizar servicios, pero no creemos que eso ocurra porque hay una clara intención de privatizar", explicó el secretario general de CCOO en Tussam, Miguel Pereira.
El intercambio de declaraciones de los últimos días ha llegado a empeorar la situación. Ante la postura de los sindicatos, la dirección de la empresa ha pasado a la ofensiva, acusando a los representantes de los trabajadores de buscar un "aumento salarial" para los próximos años y denunciando sus altas nóminas. Gutiérrez llegó a cifrarlas en entre 33.000 y 44.000 euros anuales, lo que supone entre 2.000 y 3.000 euros al mes -incluyendo las pagas extra- . ASC difundió a través de su web una nómina anónima que señalan como media: 1.387 euros líquidos al año.
"Es falso que lo que queramos sea una reivindicación salarial. Ellos nos propusieron congelación y nosotros hablamos de moderación, incluso por debajo del acuerdo marco nacional y que supone sólo mantener el poder adquisitivo. Tampoco queremos colocar a gente, sólo que en un plazo de cinco años los eventuales pasen a ser indefinidos. Estamos en contra de las privatizaciones", explicó Pereira.
ASC pidió ayer disculpas a los ciudadanos por las consecuencias de la huelga, a la que "se han visto obligados los trabajadores al ser imposible" alcanzar un acuerdo con Tussam.
"Ya les tendimos la mano y retiramos el plan de estabilidad. Ya no hay nada que podamos hacer. No hay motivos para la huelga", concluyó Gutiérrez.
