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La huella comercial del ADN

Con una muestra de saliva se averigua si una persona se va a quedar calva o cuál es su pareja biocompatible para tener hijos perfectos. Son ejemplos de cómo la proliferación de los tests genéticos está llegando hasta derroteros banales. (Foto: El Correo)

el 15 sep 2009 / 03:36 h.

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Con una muestra de saliva se averigua si una persona se va a quedar calva, cuál es su pareja biocompatible para tener hijos perfectos, qué dieta hacer en la operación biquini o si Elvis Presley figura entre sus antepasados. Son ejemplos de cómo la proliferación de los tests genéticos está llegando hasta derroteros banales. Los expertos avisan: los que se venden por internet huelen a fraude.

Cuanto menos, ponen en duda la rigurosidad con que se analizan las muestras y se comunican los resultados al usuario. Y es que la mayoría de las empresas que se anuncian en la red no son transparentes: no indican si son meras intermediarias entre el laboratorio y la persona ni tampoco suelen especificar los datos legales del centro donde se practican los análisis. Estas pistas deberían levantar sospechas entre los internautas, según José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada. "También es útil comprobar si el test está avalado por la sociedad científica competente", añade.

Este tema también fue abordado en el curso Genética, Genómica y Medicina Individualizada que organizó el Instituto Roche a principios de mes en Aranjuez (Madrid). Francesc Calafell, biólogo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, aseveró que "existe una oferta comercial bien establecida de servicios genéticos de paternidad, determinación del origen geográfico de los antepasados y pruebas que se ofrecen como predictoras del estado de salud del cliente que se basan en asociaciones no soportadas por la evidencia general".

Basta recordar cómo la empresa SabioBBI lanzó Sportchip, un test genético que alerta del riesgo de sufrir una muerte súbita tras el fallecimiento del futbolista Antonio Puerta. También tienen en cartera un segundo biochip que estudia entre 50 genes la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular. Este soporte se llama QualityChip. CircaGen publicitó, en cambio, una prueba para diferenciar la obesidad genética a raíz de que la opinión pública se conmocionara con Connor, un niño británico de sólo ocho años y 90 kilos de peso.

Pero entre los predictores genéticos que se ofertan por internet, Calafell sólo citó como compañías sólidas 23andme y deCODEme, dos empresas que ofrecen una copia personal del ADN por mil dólares. Luego advirtió: "Hay hasta 32 empresas en el mercado americano que venden kits de paternidad de dudosa legalidad, puesto que el análisis se puede hacer sin que se entere la pareja".

A diferencia, en España hay dos empresas que efectúan este tipo de estudios con calidad. Una de ellas, Lorgen, es 100% andaluza y surgió en 2003 como spin off o proyecto de un grupo de investigadores de la Universidad de Granada. Los tests de paternidad los comercializan en las farmacias desde noviembre del año pasado. Y según explica Javier Valverde, director general de la empresa, por el laboratorio del Parque Tecnólogico de Ciencias de la Salud ya han pasado más de 300 muestras.

En total, unos 210 andaluces han solicitado la prueba, que cuesta 495 euros. "Nuestros productos cuentan con el certificado de calidad ISO 9000 y están avalados por la Asociación Internacional de Medicina Forense", apostilla. Entre ellos, se encuentran más 150 test genéticos de diversas enfermedades que practican en convenio con el SAS (predisposición a sufrir un cáncer, enfermedades neurológicas o cardiovasculares, así como el diagnóstico prenatal de trastornos)".

Éste es el gran avance de la genómica, de ahí que todos los expertos consultados coincidan: las pruebas deberían hacerse a petición del especialista, puesto que nadie mejor que él interpreta los resultados y aconseja el tratamiento oportuno.

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