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La Iglesia busca uso a un convento abandonado en Las Cabezas

Las antiguas alumnas de las escuelas lideran un movimiento para reabrir el templo tras 4 años

el 19 nov 2011 / 19:23 h.

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El convento que la Compañía de las Hermanas de la Cruz fundó en 1943 en Las Cabezas de San Juan, en un grandioso caserío situado en la parte alta del pueblo donado para tal fin por la condesa de Villacreces, a la sazón dueña del cortijo El Torbiscal, lleva más de cuatro años cerrado a cal y canto, convertido en ruinoso refugio de palomos. Desde la posguerra, y durante más de medio siglo, las hermanas seguidoras de Santa Ángela de la Cruz han ejercido en este municipio del Bajo Guadalquivir una labor asistencial "impagable", según reconocen muchas personas mayores y antiguas alumnas que, como Ángela López, sienten "el dolor de un pueblo entero" porque un edificio tan valioso "patrimonial y espiritualmente" se haya convertido en "un basurero inservible".


La falta de vocaciones fue reduciendo paulatinamente el número de monjas hasta que las pocas que quedaron decidieron marcharse en 2007. Entonces, como manda la regla eclesiástica en estos casos, el edificio -que las Hermanas de la Cruz habían conseguido por una donación- pasó a ser propiedad del Arzobispado de Sevilla, que desde entonces no sabe qué hacer con él.


Algunas vecinas de Las Cabezas de San Juan, como Ángela López, achacan la parálisis al párroco Jaime Ruiz, quien, según dicen estas vecinas, "tiene la llave y se cree que el convento es suyo". El grupo de vecinas preocupadas ha enviado dos cartas al Arzobispado, "pero no hemos obtenido respuesta hasta ahora". Sin embargo, el vicario general, Teodoro León Muñoz, ha insistido en que es precisamente la Archidiócesis la primera interesada en darle un uso al convento. "Ojalá alguien nos lo propusiera, pero hasta el momento no hemos recibido ninguna petición". Las cofradías o instituciones como Cáritas ya tienen sus respectivas sedes, y ocupar un caserío como éste podría suponer un gasto extraordinario que nadie parece estar dispuesto a asumir.


Un año después de marcharse las Hermanas de la Cruz, una "congregación religiosa" solicitó instalarse en el convento, con lo que se abrió inmediatamente una esperanza en el Palacio Arzobispal, pero el intento se quedó en aguas de borrajas por "la crisis de falta de vocaciones que sufrimos", según explica el vicario, con lo que el número de monjas dispuestas a venir a Las Cabezas no era suficiente. Aunque el vicario no ha querido aclarar de qué congregación se trataba, las vecinas que conforman un grupo reivindicativo en el mismo sentido han señalado que eran "de Argentina".


Aquel intento resultó infructuoso y el convento "no se limpia nunca y se está deteriorando, incluido el valioso retablo del altar mayor", dicen las vecinas, una de las cuales sufre el contagio de tal abandono por vivir justo al lado.


"La Iglesia está por la labor de que al convento se le encuentre un uso", ha insistido León Muñoz, tal y como desean las antiguas alumnas que hace décadas asistían a clases de costura, música y recuperación de asignaturas por las noches y que colaboraban con las monjas en la asistencia "a los más pobres del pueblo". "Lo que esperamos es que quien se instale en el convento pueda conservar las características propias del edificio como lo que es", ha señalado el vicario, "pero siempre es preferible que se use a que siga en el estado de abandono actual".

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