Cajasur celebró ayer noche un consejo de administración tras el que suavizó el envite que había lanzado su entidad fundadora, la Iglesia, 24 horas antes al Gobierno, amagando con paralizar su fusión con Unicaja y Caja Jaén (Unicajasur). Lo hizo después de que la Junta aprobara la reforma de la ley de cajas que tenía prevista y que la Iglesia tildó de "inasumible".
En un comunicado, Cajasur expresó su "profunda decepción" por la redacción final del decreto pero acordó "por responsabilidad" continuar trabajando por la fusión.
Tras el estallido y el amago de ruptura de la Iglesia, sólo hubo un cambio en el texto normativo. El decreto-ley que ayer aprobó el Consejo de Gobierno incluye explícitamente el número de miembros que tendrá la Iglesia como entidad fundadora en los órganos de gobierno de Unicajasur. Además de los porcentajes, la norma detalla que corresponderá al Cabildo Catedralicio de Córdoba 21 consejeros en la asamblea, dos en el consejo de administración, un vocal en la comisión ejecutiva y otro en la comisión de control. En todos los casos la representación de la Iglesia se eleva al 7%. Este reparto está constreñido a la futura Unicajasur y no blinda en ningún caso, explicó la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, los sillones que corresponderían a la Iglesia si se produjera una fusión posterior. Ese era una de las pretensiones de los canónigos.
Cajasur aseguró en su comunicado que había recibido un escrito con una serie de "garantías adicionales" no recogidas en el decreto-ley pero que deberán figurar en los estatutos de la futura entidad. La caja se queja también de que no sea hasta ahora cuando se hayan regulado las fusiones interterritoriales, "cuando en su día a Cajasur se le negó expresamente esa posibilidad". Antes de su negociación con Unicaja, la cordobesa tuvo contactos con Caja Murcia.
Cuando parecía que todo estaba listo para culminar la fusión de Unicaja, Cajasur y Caja Jaén en Unicajasur y a pocas horas de que la Junta diera luz verde a una reforma de la ley de cajas diseñada expresamente para dar cobertura y despejar el camino a esa integración, la Iglesia envió -pasadas las diez de la noche del lunes- un comunicado en el que consideró "inasumible" ese decreto-ley y avisó de que "descartaría una eventual fusión" en los actuales términos. Ayer matizó su postura.
El Consejo de Gobierno, tal y como tenía previsto y pese a los tirones de última hora de la Iglesia, dio luz verde a la reforma de la ley de cajas de 1999. Martínez Aguayo aseguró durante su comparecencia pública en varias ocasiones que no hay nada en esa modificación que pueda perturbar o poner en peligro la fusión de Unicaja, Cajasur y Caja Jaén. "No hay nada en el protocolo de fusión que no tenga cabida en el decreto-ley", defendió. "Todos los procesos están sometidos a tensión", alegó. El presidente de Caja Jaén, José Antonio Arcos de Moya, apoyó también que la reforma legal "refrenda todo lo acordado" en la fusión.
La Junta, que tampoco ha logrado el acuerdo político con PP e IU, defendió que ha sido el Banco de España el que urgió a tener aprobado este nuevo marco legal para el 20 de octubre. Preguntada sobre si esa premura que exige el Banco de España está relacionada con una complicada situación financiera de Cajasur, que obligaría a la intervención de la caja en caso de no fusión, Martínez Aguayo eludió responder e invitó a preguntar a las cajas o al organismo supervisor.
Tras la modificación de la ley se fija como periodo transitorio hasta que se culmine una fusión tres años (ahora eran dos). Durante este tiempo cualquier renovación se paraliza. Eso supone que Braulio Medel podrá culminar el proceso como presidente de Unicajasur. Si durante este periodo vuelve a aprobarse una fusión con otra entidad, de nuevo el contador se pone a cero. La ley fija como tope máximo para estar al frente de una entidad dos mandatos (12 años).La reforma legal tendrá ahora que ser convalidada por el Parlamento, donde el PSOE podrá aprobarla por su mayoría absoluta sin el apoyo de PP e IU, cuyos líderes recriminaron al Gobierno que no haya dado margen al diálogo. Economía descartó que se vaya a tramitar como ley.
