Los obispos vascos pidieron ayer perdón por el "injustificable silencio de los medios oficiales" de la Iglesia" ante la muerte, a manos del bando franquista durante la Guerra Civil, de 14 religiosos vascos, por los que no se celebraron funerales y cuyo fallecimiento ni siquiera se registró.
Los prelados no sólo consideraron aquel silencio "una omisión indebida, sino también una falta a la verdad, contra la justicia y la caridad". La Iglesia vasca, representada por los obispos Bilbao, Ricardo Blázquez; San Sebastián, Juan María Uriarte; Vitoria, Miguel Asurmendi, y el obispo Auxiliar de Bilbao, Mario Iceta, celebraron en la Catedral Nueva de Vitoria una misa funeral en memoria de estos religiosos. A la ceremonia, que contó con la presencia de más de 200 sacerdotes, asistieron la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, y el presidente del PNV, Iñigo Urkullu.
En su homilía, el obispo Asurmendi destacó que estas víctimas "no contaron en su día con una celebración pública de exequias" y que "durante años sus nombres fueron relegados al silencio". Según explicó, la ceremonia no pretende "reabrir heridas", sino "ayudar a curarlas o aliviarlas". "Queremos contribuir a la dignificación de quienes han sido olvidados o excluidos y a mitigar el dolor de sus familiares y allegados. Queremos pedir perdón e invitar a perdonar", subrayó.
Aunque reconoció que los detalles sobre "las dolorosas circunstancias" que rodearon la muerte de estos sacerdotes son desconocidos, destacó que "el testimonio de muchos de sus feligreses y compañeros pone de relieve que fueron apresados cuando ejercían su ministerio".
Pese a todo, manifestó que el recuerdo de estas personas "no ha caído nunca en el olvido ni por parte de sus familiares, ni de los feligreses, ni de los presbiterios diocesanos y órdenes religiosas a las que pertenecían". En referencia a la Guerra Civil, el obispo de Vitoria instó a mirar al futuro y solicitó a Dios "la fuerza necesaria para rechazar siempre la violencia" ante conflictos.
Más de 70 sacerdotes vascos fueron ejecutados en la Guerra Civil por uno un otro bando. 14 de ellos murieron a manos de los vencedores en la contienda. A quienes mató el bando republicano los beatificaron hace año y medio en Roma, pero los otros 14 nunca contaron con un funeral y sus nombres no aparecen en los registros de la Iglesia. Con el acto de ayer, los obispos buscan zanjar la polémica.
memoria. En el exterior de la catedral, mientras se celebraba el acto, un grupo de miembros de la asociación de víctimas del franquismo Ahaztuak, que había convocado una concentración, consideró "positiva" la celebración de la ceremonia, al considerar que "es una ruptura con la postura oficial de la Iglesia durante más de 70 años".
Según explicó un portavoz de este colectivo, la decisión de no participar en la misa se debió a que se trata de una asociación de diferentes sensibilidades religiosas.
