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La igualdad en tiempos de crisis

Los avances en políticas de igualdad logrados tras la aprobación en 2007 de la Ley para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, y la Ley Andaluza para la Promoción de la Igualdad, nos hicieron pensar que había una voluntad mayoritaria para superar viejos clichés...

el 15 sep 2009 / 23:25 h.

Los avances en políticas de igualdad logrados tras la aprobación en 2007 de la Ley para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, y la Ley Andaluza para la Promoción de la Igualdad, nos hicieron pensar que había una voluntad mayoritaria para superar viejos clichés y para avanzar definitivamente hacia la consecución efectiva de la igualdad, eliminando todas las manifestaciones de discriminación todavía existente.

La orientación de estas leyes promocionando y garantizando la participación de mujeres y hombres en los procesos de toma de decisión, o la inclusión de la transversalidad de género en todas las políticas públicas incluyendo un análisis de impacto de género, nos debían de haber conducido, a pesar de las resistencias, por esa línea.

Sin embargo, nada más que la crisis se ha dejado ver, los objetivos de igualdad han pasado a un segundo término cuando no han desaparecido por completo.

La posibilidad de utilizar la crisis para cambiar de modelo y avanzar en ese horizonte de igualdad no se está aprovechando. El Plan E, el plan del gobierno de España que integra todas las medidas de lucha contra la crisis económica, no tiene incorporado el eje transversal de género ni el análisis de impacto. De hecho, a pesar de que la tasa de paro sigue siendo superior entre las mujeres que entre los hombres, las medidas más inmediatas para reactivar el empleo van dirigidas al sector de la construcción y al del automóvil, dos sectores fuertemente masculinizados y, además, con poca sostenibilidad medioambiental.

¿Por qué no se ha preferido invertir, por el contrario, en infraestructuras sociales, en servicios públicos que favorecen en mayor medida la igualdad de género y que permitirían eliminar muchas de las causas de la discriminación que sufren tantas mujeres en su vida personal y profesional?

De hacerse, no sólo se crearía empleo en el sector de la construcción edificando centros para mayores o escuelas infantiles, sino que también se crearían empleos cualificados de cuidado en el sector servicios, al tiempo que se liberaría tiempo para que muchas mujeres que se han formado y quieren ofertar su trabajo en el mercado en condiciones dignas y sin sufrir una doble jornada insoportable, lo puedan hacer sin tener que renunciar a formar una familia, exactamente, como lo hacen los hombres.

Tengo la impresión de que lo que ocurre es que la igualdad se sigue considerando como un añadido, como una especie de lujo o un complemento para utilizar solo en las buenas coyunturas. Y se olvida que, por el contrario, la igualdad es uno de los más esenciales componentes de cualquier modelo socioeconómico eficiente y sostenible, una pieza sin la cual nunca podremos disfrutar de estabilidad ni de justicia social.

Debemos de exigir que las salidas a esta crisis no se hagan de espaldas a la igualdad de género sino construyendo un modelo de crecimiento más sostenible donde todas y todos participemos en el proceso de toma de decisiones y haya una utilización y distribución más equitativa de los recursos y de las oportunidades entre las ciudadanas y los ciudadanos garantizada por una fuerte inversión en servicios públicos. Debemos exigir que no haya levedad en las políticas de igualdad porque eso es algo social, económica y políticamente insostenible y moralmente insoportable.

Vicerrectora de la Pablo de Olavide

lgalvez@upo.es

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