La igualdad plena de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres en el ámbito laboral garantizaría los sistemas de seguridad social y pensiones de los países miembros de la Unión Europea, elevaría sus índices de Producto Interior Bruto (PIB) "entre un 15 y un 40%" y haría crecer a la Unión un 30% de media.
Así lo pusieron ayer de manifiesto las responsables políticas en materia de igualdad de 17 países miembros reunidas en la Cumbre Mujeres en el Poder organizada en Cádiz por la presidencia española. La ministra de Trabajo e Igualdad de Bélgica, Joële Milquet, destacó que la tasa de empleo en la UE es un 10% menor en las mujeres con hijos, cosa que no ocurre entre los hombres, e incidió en que la brecha salarial oscila entre el 4 y el 30% en función de los distintos estados miembros, algo a su juicio incompatible con la Europa del siglo XXI, que "no puede seguir discriminando a la mitad de su población".
Asimismo, señaló que en la actualidad hay "discrepancias enormes" en cuanto a la presencia de mujeres en los sectores profesionales y menos remunerados y "sólo una de cada diez empresas europeas con cotización bursátil" tienen mujeres en sus consejos de administración, aun cuando "es un hecho probado que existe una relación entre la productividad y la presencia femenina" en los puestos de toma de decisión.
En este sentido, la titular sueca de Igualdad e Integración, Nyamko Sabuni, incidió en la importancia de "garantizar la independencia económica de la mujer" promoviendo su acceso al empleo con medidas como diseñar "un sistema fiscal que fomente su participación en el mercado de trabajo porque en su caso, depende más de incentivos económicos que cuando se trata de los hombres". En paralelo, apuntó que los estados miembros deberían apostar por la creación de guarderías y su financiación para conseguir que la maternidad no sea una traba para la vida profesional de la mujer.
Precariedad. En esta línea, la secretaria de estado francesa para la Tercera Edad, Nora Berra, incidió en que se debe "salir de la lógica de la aritmética" porque no se trata de que las mujeres ocupen puestos por cuotas, sino de que "realmente puedan desarrollar todas sus capacidades" en posiciones de responsabilidad ya que "sin igualdad profesional no se puede rehabilitar el mercado de trabajo". Asimismo, criticó que "el 70% de los mayores en situación de precariedad en la UE son mujeres" por lo que pidió objetivos concretos de protección para esta parte de la sociedad.
Ante esta situación, las representantes políticas de la UE se comprometieron ayer a impulsar los "posibles cambios normativos" tanto a nivel comunitario como nacional para promover una participación "más equilibrada" de las mujeres y los hombres en los ámbitos político, público y económico.
De este modo la batalla por la igualdad de género dio ayer un paso más en la cumbre, en la que se firmó la Declaración de Cádiz, que insta a "remover" obstáculos para conseguir la plena incorporación de la mujer en las decisiones políticas y económicas.
La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, la anfitriona del encuentro, señaló que no se puede pretender que una sociedad moderna y avanzada dé la espalda al "enorme capital humano" que suponen las mujeres.
Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, encargada de inaugurar el encuentro aseguró que trabajar por la igualdad paritaria no debe ser patrimonio de ninguna ideología, "sino una exigencia de calidad democrática", y que este principio debe ser una de las bases "del nuevo modelo global".
La cumbre concluyó con la firma de la declaración, en la que también acordaron explorar la posibilidad de celebrar periódicamente próximas cumbres de ministras y líderes políticas y promover "la corresponsabilidad de mujeres y hombres en el ámbito doméstico".
