El equipo del nuevo programa de Cuatro, Fama, ¡A bailar!, se trasladó ayer a Sevilla para realizar las pruebas de selección de los posibles candidatos. El casting sevillano, tras los de Madrid o Barcelona y, como los otros, fue un éxito rotundo de asistencia.
Desde primeras horas de la mañana de ayer los aspirantes a participar en Fama, ¡A Bailar! se agolpaban en las puertas de un conocido gimnasio de la ciudad. Chicos llegados de todos los puntos de Andalucía se dieron cita en este casting en el que los responsables del mismo decidieron quiénes acudirán a la segunda fase de la prueba fijada para el 28 de este mes en Madrid.
Lola González, reputada coreógrafa y jefa de estudios de la futura escuela, y Marbelys Zamora, bailarina profesional, junto a otros miembros de la organización, fueron los encargados de estudiar caso a caso las aptitudes y el nivel de los 45 participantes preseleccionados. "Buscamos bailarines con cierta base, no principiantes, aunque somos conscientes de que el nivel de los que finalmente ingresen en la escuela será desigual", afirmaron las profesoras. Para ellas, "los participantes tendrán que demostrar que pueden evolucionar".
Las anécdotas de la intensa jornada fueron muchas. Sandra, una joven sevillana, cedió su puesto a un amigo "porque creo que aprovechará mejor que yo la oportunidad". Minutos después, un acalorado Jesús, de apenas 20 años improvisaba una coreografía delante de los profesores y demás aspirantes.
Muchos de los asistentes son ya todos unos especialistas del mundo de los castings y se han presentado a otros realties como Factor X. Algunos lucieron modelos imposibles, cosa que dificultó su tarea y enfadó al jurado. El hip hop, el funk y los bailes latinos inundaron la sala donde se celebraron las pruebas. Tras el duro día, las caras de felicidad de unos contrastaron con las de tristeza de los que no pasaron. Ellos esperarán a que la fama llame otro día a su puerta.
