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"La Ilustración apresó a los gitanos por interés productivo"

El historiador revisa en La Ilustración contra los gitanos (Signatura) la persecución, reclusión en pocas ciudades y prisión general que sufrieron los gitanos en el siglo XVIII y que sacó a la luz en un volumen anterior.

el 11 abr 2010 / 18:05 h.

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Antonio Zoido es colaborador de El Correo.

- En plena exaltación del liberalismo, a las puertas del Bicentenario, su libro desmitifica las bondades de los ilustrados al revelar una orden de 1749 que llevó a prisión a más de 12.000 gitanos por el hecho de serlo.
- Los gobiernos ilustrados de España fueron demasiado débiles, y la prueba es que desembocan en el absolutismo de Fernando VII. Hacen cosas muy buenas en infraestructuras pero quieren copiar a Francia, desde unificar por las bravas una península que había sido durante mil años una federación de reinos a cambiar la agricultura por la ganadería y de paso acabar con el poder de los nobles antiguos, que eran ganaderos, además de rechazar lo que consideran superstición, representada por los frailes, donde quedan los partidarios de la Casa de Austria. Hay dos bandos y los gitanos son la parte más débil del bando antiguo y esta gente tiene prejuicios importantísimos.

- La religiosidad que les salvó antes frente a la persecución de otros se volvió en su contra.
- No creo que les salvara porque los gitanos no han tenido nunca religión, se han adaptado a la que había en cada sitio, tienen una religiosidad muy difusa, básica. Aquí no se persiguen porque llegan en un momento en que se los necesitó. Sabían domar a los caballos, eran herreros y tomaron el papel de ejecutores de las fiestas cuando se expulsa a los moriscos. Se colocan bien dentro de un eslabón débil. Pero esos oficios estaban muy conectados con el anterior sistema productivo español y al desaparecer la prosperidad, baja la producción artística.

- Dejan de ser útiles, ¿pero por qué se llega a ordenar su encarcelamiento general?
- Al principio eran algo secundario pero cuando desaparecen sus oficios están pululando sin saber qué hacer. Hasta entonces España ha tenido sus ejércitos por toda Europa, pero Fernando VI dice que no quiere meterse en guerra, aunque los ilustrados ven que la marina es un factor importante porque España aún tiene muchos territorios y necesita tres bases: en El Ferrol, Cartagena y San Fernando y necesitan mano de obra para los diques y arsenales, que siempre había sido gratuita con los presos de guerra. ¿Cuáles son los menos productivos para la agricultura? Los gitanos. Y se usa como excusa las denuncias por las bandas, la mayoría castellanas porque en Andalucía estaban bastante asentados, tenían sus oficios y un nivel medio, como prueban los bienes que les requisan cuando los apresan.

- ¿El móvil es económico?
- Intentan meterlos en la agricultura pero seguían ganándose la vida con la ganadería en los cortijos y suministrando caballos al ejército, y de hecho gente importante intercede por muchos para que no dejen de trabajar para ellos. Por eso la operación es secreta, también para evitar que huyan.

- Es significativo de su grado de integración la presión social que hubo para que se retirara la orden de encarcelamiento.
- Sí, porque eran el último eslabón pero producían. Sin darse cuenta los ilustrados habían roto la cadena productiva. Pero estaban obsesionados, los querían quitar de aquí. Protestaban por lo de los moriscos y no se daban cuenta de que estaban haciendo una cosa parecida.

- Uno y otro caso tuvo distinta respuesta social.
- A los moriscos la gente normal ya los odiaba, aunque los protegían los grandes señores como el Duque de Medina Sidonia para mantener sus tierras. Con los gitanos, los nobles también los apoyan pero ya no tienen poder y la sociedad se divide al 50%, unos aprovechan para comprar sus bienes por tres duros pero muchos los defienden y la prueba es que más o menos la mitad se queda en prisión y la mitad sale a los 6 ó 7 meses de la orden, aunque con una mano delante y otra detrás porque sus bienes se los han vendido. Se adaptan porque, como los judíos, son supervivientes.

- De nuevo, el interés.
- Salvo casos de amistad, sí. En las peticiones se ve que reclaman su libertad porque no tienen quién les haga sus trabajos.

- La historia es desconocida.
- En España el siglo XVIII todavía no se ha estudiado bien, y en Andalucía menos. Es muy convulso. Y la intelectualidad del momento posterior prefiere no hablar. Todo lo que he encontrado es de los anales porque no tienen más remedio que reflejarlo. Tampoco existía la mentalidad democrática de ahora.

- ¿No hubo venganza?
- Sí, las cosas salen después. No quieren decir que han estado en la cárcel, se tenían que volver a ganar la vida, se difumina, pero claro, se la guardan. El reinado de Carlos III pasa bien porque hace una pragmática en la que prohibe usar el término gitano, que era un insulto. Los ilustrados habían sido progresistas, aunque moderados, y el motín de Esquilache o la caída de Godoy forman parte de una revolución de los sectores que quieren volver a lo anterior. Cuando entran los franceses, todos esos sectores se unen por patriotismo pero religioso y cuando los ilustrados empiezan a escapar a Cádiz, los gitanos los insultan, les tiran piedras, contribuyen a la caída y ayudan a los más reaccionarios.

- El PSOE ha promovido en el Congreso una propuesta para pedir perdón. Si la de los moriscos fue polémica, ¿qué pasará ahora con un colectivo que aún convive en España y muchos siguen marginados?
- Perdón hay que pedirles porque España es poco autocrítica, pero mucho me temo que no se expliquen estas vicisitudes de cómo muchos gitanos ayudan a que se asiente el absolutismo. Si no se hace un buen análisis, y no se hará porque no se conoce la historia, los malos seremos los españoles payos y los buenos los gitanos y eso no es verdad.

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