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La importancia de llamarse Edu

Edu se entrena ya con toda normalidad al lado de sus compañeros, una excelente noticia para Paco Chaparro y ni que decir tiene que para el Betis. Los verdiblancos son inofensivos como pocos en ataque y por fin se disponen a recuperar a su hombre más determinante en esa faceta.

el 15 sep 2009 / 16:47 h.

Edu se entrena ya con toda normalidad al lado de sus compañeros, una excelente noticia para Paco Chaparro y ni que decir tiene que para el Betis. Los verdiblancos son inofensivos como pocos en ataque y por fin se disponen a recuperar a su hombre más determinante en esa faceta.

Mañana se cumplen dos meses exactos desde que Edu se rompió las fibras del bíceps femoral izquierdo en un trofeo amistoso en Elche, el Festa d'Elx, que fue de todo menos una fiesta para el brasileño. En este tiempo, el jugador llegó a desesperarse porque veía que la rotura no soldaba e incluso se marchó a Valencia para ponerse en manos de dos de los mejores rehabilitadores del mundo. El mediapunta ya no está desesperado, pero su equipo sí. Desesperado por recuperarlo y desesperado por empezar a ganar partidos, una tarea en la que Edu, como ya quedó patente la pasada temporada, es indispensable.

El peso específico del último pichichi verdiblanco es tan irrefutable que lo confirma un hecho muy simple: sin su concurso, el equipo de Paco Chaparro no ha sido capaz de ganar ni uno de sus seis encuentros ligueros. Que Edu reaparezca el domingo ante el Mallorca no significa que el Betis vaya a vencer sí o sí, pero desde luego tendrá más posibilidades de que su ataque sea más fiero de lo que parece ahora mismo. Contar con Edu equivale a contar con el máximo goleador de la pasada campaña (12 dianas, ocho de ellas de cabeza), con el segundo asistente (tres pases de gol, sólo por detrás de Caffa), con el que más faltas provocó al rival (73, veinte más que su perseguidor más próximo), con el que más tarjetas amarillas forzó (empatado con Mark González y Pavone)... y por supuesto con el que más remató (59 veces).

En otras palabras, el Betis recupera por fin al hombre que se erigió en líder del ataque (y del conjunto en general) en los difíciles momentos en que la pelea por la permanencia estuvo realmente cruda, porque su omnipresencia en los primeros puestos de las estadísticas ofensivas es abrumadora: cuarto en centros al área (primero en los mejores centros, los que acabaron en remate de algún compañero), tercero en jugadas en el área, segundo en porcentaje de acierto a gol (un 20%, así que uno de cada cinco remates suyos terminaba en las redes enemigas), segundo en remates a portería (27, a uno solo de Pavone)...

A todo esto, Edu se pasó todo el curso 2007-08 jugando por la banda derecha, que no es el mejor emplazamiento posible para encarar la portería adversaria. Está por ver dónde lo ubicará ahora Paco Chaparro, que ya tiene la pieza que le faltaba en el engranaje. La pieza maestra.

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