Cultura

La importancia de que en los festivales haya más sensatez

el 11 mar 2010 / 20:05 h.

El Festival de Jerez 2010 acaba este sábado. Comenzó el pasado día 26 de febrero y, como todos los años, la muestra ha tenido un magnífico ambiente y una buena respuesta del público. Este año tenemos también el Concurso Nacional de Córdoba, que se celebra cada tres años; en agosto, el Festival Internacional del Cante de las Minas conmemorará por todo lo alto su medio siglo de vida. Antes tendrá lugar el de Mont-de-Marsan, en Francia, en plena temporada estival con decenas de festivales de flamenco en muchos pueblos andaluces y de fuera de nuestra región. Y cuando Mairena del Alcor eche el telón veraniego de lo jondo, la XVI Bienal.

No metemos las semanas culturales –Paradas se la dedica este año a José Domínguez El Cabrero–, los distintos ciclos de las federaciones provinciales, Flamenco viene del Sur, los Jueves Flamencos de Cajasol y catorce mil ciclos más, amén de las programaciones de los teatros y los mil y un recitales en peñas. Y eso que la economía está como la Chata.No nos vamos a quejar desde esta página de la cantidad de flamenco que se programa en todo el mundo a lo largo del año, sino a celebrarlo. Faltaría más. Se me ocurre que se podrían cuidar un poco más los programas, los carteles, de lo que se están cuidando. Sin ir más lejos, la Bienal de Flamenco tiene un serio problema de programación aunque, ojeando el cartel y viendo tantos nombres importantes y famosos, se pueda pensar todo lo contrario.
Lo realmente difícil es inventar, crear cosas, aportar nuevas ideas. Y eso no se puede hacer desde un despacho, sino viendo espectáculos por el mundo para descubrir sobre el terreno, y no a través de dossieres y vídeos, lo que se está haciendo actualmente.

Hay estupendos artistas que no han pasado todavía por la Bienal sevillana, y si lo han hecho no ha sido con un buen trato. El guitarrista sevillano Paquito Fernández, al que entrevistábamos aquí hace algunas semanas, se ha vuelto a quedar fuera de la Bienal.

Presentó una obra, Raíces, que no le ha sido aprobada a pesar de que el director le había dado muchas esperanzas. Estamos de acuerdo en que no hay sitio para todos los proyectos. Pero Paquito es un buen artista y un estupendo guitarrista y merece más consideración por parte de quien programa. Sobre todo porque vive de esto. Ayer por la mañana nos hizo llegar un email desde Italia, donde imparte un curso, y estaba destrozado porque se siente maltratado en su propia tierra.

Podríamos poner otros ejemplos, como el del también guitarrista José Manuel Roldán, con nuevo disco en el mercado; y el de muchos cantaores jóvenes, y no tan jóvenes, que nunca van a tener su oportunidad. O no la que les gustaría tener como artistas.Por otra parte, esta Bienal está llena de artistas que están como en nómina, que son fijos, que están siempre, que ya cansan por su omnipresencia; que están no sólo porque sean artistas de renombre, sino porque tienen que estar.

En la edición de esta año hay casos escandalosos de enchufismo.Séneca dijo que no existen vientos favorables, para el marinero que no sabe a dónde ir. La Bienal debería aprovechar mejor estos vientos favorables, aunque no sepa muy bien hacia dónde navega. Tiempo habrá para saberlo.

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