La cementera radicada en Alcalá de Guadaíra y la instalación energética que Becosa posee en Morón de la Frontera fueron las dos únicas empresas de Sevilla que en 2007 emitieron más volumen de dióxido de carbono (CO2) del concedido por el Ministerio de Medio Ambiente.
Sobresaliente. Sólo dos de las 25 instalaciones industriales de Sevilla que recibieron derechos gratuitos de emisión de dióxido de carbono (CO2) por parte del Gobierno han superado la asignación que les correspondía. Pero incluso la mayor de esas dos únicas factorías, Cementos Portland Valderribas, ubicada en Alcalá de Guadaíra, está a punto de ajustarse al límite concedido, revelando, así, el gran esfuerzo que ha realizado en los últimos años para reducir el lanzamiento a la atmósfera de ese gas de efecto invernadero, uno de los principales causantes del cambio climático y del calentamiento global de la tierra.
Así lo revela el informe al respecto que ha elaborado el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino para el año 2007, y en el que compara, instalación por instalación, el volumen de toneladas de CO2 otorgadas y las que al final se emitieron (esto es, las verificadas).
En concreto, las asignaciones para las industrias de la provincia se Sevilla sumaban 2.012.238 toneladas, mientras que la emisión final fue de 1.832.974. Por tanto, el tejido productivo de la provincia se amolda y contribuye, pues, a que no empeoren el impacto del cambio climático.
Por su actividad, que requiere un largo proceso de combustión, y por el volumen de producto que genera, la cementera alcalareña es la que más CO2 lanza, con 1,014 millones de toneladas permitidas -ver el cuadro anexo-. En el conjunto del año pasado arrojó 1,031 millones, y mostró, por tanto, un exceso de 16.857. La otra instalación que no ha cumplido es la energética Becosa de Morón de la Frontera, a la que se otorgaron 34.305, frente a los 42.247 contabilizados.
Del informe del departamento que dirige Elena Espinosa llama la atención el desplome en las emisiones de la cervecera Heineken España, lo que se justifica por el abandono de la vieja fábrica de Nervión y el traslado a la nueva de Torreblanca, de mayor eficiencia tecnológica y, por ende, de limpieza medioambiental.
Este amoldarse de la industria sevillana contrasta con el conjunto de Andalucía, donde una de cada cuatro instalaciones -exactamente, 45 de 195- obligadas a solicitar derechos de emisión de dióxido de carbono incumplieron los límites.
