La compañía sevillana Abengoa acaba de pasar de las palabras a los hechos en su ofensiva contra el Gobierno por el recorte en las primas a la energía termosolar, en la que es referente mundial y, con ella, la propia provincia de Sevilla. No sólo ha llevado al Estado ante los tribunales españoles, sino que ha solicitado un inesperado arbitraje internacional que socava la imagen exterior de país para atraer inversiones. Y lo hace, de hecho, en unos términos muy duros, hasta el punto de hablar de una expropiación.
Las acciones judiciales y el arbitraje internacional este último es posible puesto que algunas de las plantas termosolares afectadas se adscriben a una filial de Abengoa sita en Luxemburgo fue adelantada ayer por El País y confirmada a El Correo de Andalucía por fuentes de la empresa. No en vano, aparece en la documentación entregada al órgano de supervisión de la Bolsa de Nueva York, donde Abengoa comenzó a cotizar el pasado viernes. Y es un paso que marca un antes y un después para las compañías termosolares asentadas en la provincia de Sevilla, un referente mundial para esta energía.
El secretario general de la patronal Protermosolar, Luis Crespo, considera que la rebaja en las primas a las termosolares decretada por el Ministerio de Industria en su última reforma eléctrica implica que la seguridad jurídica se ha vulnerado y que eso, tarde o temprano, se acabará pagando en indemnizaciones. Léase, que, a la larga, el Estado español deberá devolver con creces las subvenciones que ha restado al sector.
Pero, además, recuerda que en torno al 35 por ciento de los activos termosolares que hay en España procede de inversiones (fondos y sociedades) extranjeras. Y Sevilla, en este sentido, es un campo donde está presente ese interés internacional. En la provincia no está sólo Abengoa y el capital español (Acciona, Sener o Sacyr), sino también multinacionales como E.ON, Siemens o Masdar, esta última de Abu Dabi.
Tenemos fondos de Alemania, Francia y Suiza, y una importante financiación por parte de empresas de Estados Unidos, Japón y Emiratos Árabes, explica Luis Crespo. La inseguridad jurídica, ese vaivén de primas, ahora sí, ahora no, genera también una mala imagen exterior de España a la hora sobre todo de captar inversores.
Andalucía es la primera región de Europa con centrales termosolares en funcionamiento, lidera el aprovechamiento de la biomasa eléctrica y la energía solar a nivel nacional para la generación de electricidad y calor; y es la autonomía española con una mayor capacidad de producción de biocarburantes. Paraíso para las energías verdes.
La comunidad andaluza cuenta con más de 947 megavatios termosolares distribuidos en 21 centrales y dos experimentales, que abastecen a una población equivalente de 428.000 hogares y evitan más de 727.000 toneladas de dióxido de carbono anuales a la atmósfera. Es como si se retiraran de la circulación 460.000 vehículos. Esto supone que la región ha superado la previsión a 2013 del Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética (PASENER) fijada para esta tecnología en 800 megavatios, según datos de la Junta de Andalucía.
En el caso de la provincia de Sevilla, el principal enclave es Sanlúcar la Mayor, población convertida en referente mundial de esta energía, pero también está presente en Fuentes de Andalucía, Écija, Lebrija y Morón de la Frontera.
A nivel mundial, la evolución de las renovables es absolutamente imparable, y el que no quiera ver eso es que está ciego o quiere hacerse el ciego. El consejero delegado de Abengoa, Manuel Sánchez Ortega, defiende la validez de todas las energías renovables frente a las críticas que el pasado lunes lanzó el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, contra la energía solar y las subvenciones públicas que ésta recibe.
En declaraciones a la prensa con motivo del estreno de Abengoa en el mercado financiero Nasdaq de Nueva York, el directivo consideró que cada uno tiene que defender sus intereses, aunque recalcó que no se puede ser pro renovables pero solo pro renovables de algunas cosas, curiosamente las que tengo yo, en velada referencia a los intereses de Iberdrola en eólica.
Sánchez Ortega afirmó que el problema es que hay gente que se empeña en matar a determinadas tecnologías antes de que llegue el momento en que compitan en costes con las fuentes convencionales de energía, ya que saben que, una vez que llegue ese momento, el camino no tiene vuelta atrás, dijo.
Calculó que a la tecnología termosolar, de la que Abengoa es pionera en el mundo y una referencia en el sector, como demuestra con sus plantas en la provincia de Sevilla pero también en Estados Unidos, le quedan todavía unos 4 o 5 años de esfuerzo tecnológico y reducción de costes para tener un coste equiparable.
El presidente de Iberdrola dijo el pasado lunes que las termosolares y fotovoltaicas cuestan unos 5.000 millones de euros (en ayudas) al año, pero tan solo producen un 5 por ciento de la energía, una aportación sin la que el sistema puede funcionar y nos ahorraríamos 5.000 millones.
En cambio, el consejero delegado de Abengoa recordó cómo Estados Unidos, que tiene una importante producción nacional de petróleo, gas y carbón, sigue apostando por las fuentes de energía renovables como forma de reducir su dependencia energética y así evitar problemas de seguridad en el suministro.
Comentó, asimismo, que Arabia Saudí, uno de los mayores productores mundiales de petróleo, tiene un plan estratégico de energía termosolar muy ambicioso, y se preguntó por qué un país sin petróleo ni gas como es España no debería estar teniendo un plan si cabe incluso más agresivo.
El directivo de la multinacional sevillana resaltó la importancia de la presencia de la compañía en la bolsa de EE. UU., el país donde genera un 30 por ciento de su actividad y por el que va a seguir apostando tras haber invertido ya 7.000 millones de euros. Destacó que los distintos gobiernos estadounidenses han tenido clara la apuesta por reducir la dependencia exterior.
El responsable de Abengoa inscribió la expansión de la compañía con el crecimiento progresivo de las energías renovables, en todas sus variantes, incluso a pesar de la crisis económica internacional de los últimos años. La compañía opera actualmente en unos 70 países, y su segundo mayor mercado regional es Latinoamérica (25 por ciento de sus operaciones), mientras que España está en torno al 15 por ciento. Este debut en la bolsa neoyorquina comienza pocos días después de la entrada en servicio de la gran planta termosolar de Solana que la empresa ha construido en Arizona, con una potencia de 280 megavatios, equivalente a una central de ciclo combinado.
