La sevillana Atrion Ingenieros se dedica por igual a los proyectos y desarrollo de obras y la asesoría en el terreno de la ingeniería en todas sus ramas, desde la naval hasta la química. En pleno proceso de internacionalización, presume de desarrollar actualmente su primer encargo en EEUU.
Houston, Texas, en el corazón de Estados Unidos, el norte de Marruecos y la localidad sevillana de Dos Hermanas tienen algo en común: la presencia de Atrion Ingenieros, empresa nazarena que se encuentra en pleno salto de su actividad hacia el exterior.
La salida de los mercados nacionales nunca es sencilla. Mariano Orte, dueño de la firma junto con su hermano Salvador, explica que el paso se dio como medio para completar las actividades en el mercado interior. "Al ver que les iba bien a otras empresas de nuestro sector, empezamos a planificar la aventura, presentándonos a concursos y estudiando las diferentes opciones que teníamos en aquel momento", señala.
El primer contrato llegó de EEUU, de la mano de una empresa a la que ya se han visto vinculados con anterioridad en España y a la que pidió su asesoramiento para la aventura exterior. Fue una oportunidad que no dejaron escapar y les permitió poner el primer pie en Houston, Texas, donde ahora llevan un proyecto relacionado con la conservación de alimentos congelados.
Existen diferencias importantes a la hora de cambiar de mercado, sobre todo en lo que se refiere al marco jurídico -y esto se acentúa porque actualmente todos los desembarcos exteriores de Atrion salen de las fronteras de la Unión Europea-. La relación con la administración y los permisos necesarios cambian.
"No es ni mejor ni peor. Más allá de las leyes, sobre los estadounidenses tengo que decir que su concepto de cómo se plantea un proyecto es completamente diferente", explica el dueño de Atrion. "El objetivo es el mismo, claro, pero ellos, por ejemplo, se centran más en los planos de detalle. A eso te adaptas fácilmente, pero al principio llama la atención", dice.
En Marruecos, las diferencias resultan de otra índole. "Se nota mucho el salto económico y social entre los dos países, sobre todo en la cualificación de la mano de obra", explica Orte. La ingeniería en sí, para ser instalada en Marruecos, precisa de ser prefabricada en España y luego transportada con trabajadores que después se encargan de ensamblarla, o asumir que se va a realizar la obra "a un ritmo diferente".
Las diferencias de desarrollo económico y las culturales "se notan en la Administración, que no es que gane en burocratizada a la española, pero sí trabaja de otra manera a la que tienes que hacerte a la idea para trabajar con ellos", precisa.
También cambian aspectos como "la relación con el medio ambiente. Es otra concepción, otro estilo, pero que influye en nuestro trabajo". En el caso del proyecto que Atrion tiene en el norte del reino alauita, relacionado con la pesca, este punto es crucial.
La intención de seguir creciendo en el exterior está ahí, presente en los planes a corto y medio plazo de la firma. "El objetivo surgió cuando vimos que en el sector había numerosas empresas que ponían su capacidad tecnológica al servicio de clientes en los mercados de otros países", dice Orte, "y es por donde queremos continuar". De manera que, si actualmente los contratos en el extranjeros no alcanzan la cuarta parte de la facturación de Atrion, la idea es ir aumentando esas cifras año a año, hasta igualar el balance.
