Quizás la razón asista a los agentes municipales de San Juan de Aznalfarache en su reclamación de un horario que les permita conciliar su vida familiar y laboral. Son policías y están sujetos a horarios poco funcionariales, pero si se puede hacer un esfuerzo para que puedan compaginar sus deberes laborales y su vida personal, el Ayuntamiento debe establecer un calendario que mejore su calidad de vida. Ahora bien, jamás una reivindicación como ésta puede justificar medidas de presión como la que están ejerciendo estos agentes de la autoridad: hasta 23 de los 25 policías locales del municipios se ha dado de baja laboral, con lo que el servicio está bajo mínimos. Una situación que ya de por sí es lamentable, pero que es aún peor si se toma en cuenta que el pueblo, como todo el Aljarafe, vive inmerso en los días de la romería del Rocío. Hay muchas formas de hacer valer una protesta, pero algunas son imperdonables.
