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La inmigración preocupa menos

En tres años, los inmigrantes han pasado del 5,3% al 7,6% del censo y el 55% de los andaluces se relaciona habitualmente con ellos. El segundo estudio de opinión ante la inmigración revela, como el de 2005, más valoraciones positivas que negativas pero con cambios: los rumanos despiertan más recelos que los marroquíes y baja el apoyo a su participación social y política.

el 16 sep 2009 / 02:21 h.

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En tres años, los inmigrantes han pasado del 5,3% al 7,6% del censo y el 55% de los andaluces se relaciona habitualmente con ellos. El segundo estudio de opinión ante la inmigración revela, como el de 2005, más valoraciones positivas que negativas pero con cambios: los rumanos despiertan más recelos que los marroquíes y baja el apoyo a su participación social y política.

En 2005, el Observatorio Permanente de las Migraciones -dependiente de la Consejería de Gobernación- encargó el primer estudio sobre Opiniones y actitudes de los andaluces ante la inmigración (OPIA), bajo la dirección del investigador del CSIC Sebastián Rinken. Tres años después, el mismo equipo ha elaborado una segunda edición en la que el hecho migratorio ha caído del cuarto al séptimo puesto entre las principales preocupaciones de los andaluces; siguen siendo más quienes hacen una valoración general positiva del fenómeno (42,6% en 2008 y 41,9% en 2005) que quienes lo ven como algo negativo (36,9% en 2008 y 34,3% en 2005); y continúa vinculándose principalmente a los inmigrantes con el mercado de trabajo (el 42,2% destaca como principal efecto positivo que representan una mano de obra necesaria y el 72,2% reconoce la relevancia de su aportación al mercado laboral).

Pero en estos tres años también se han producido algunos cambios. El más destacable es que si en 2005 eran los inmigrantes de origen norteafricano el colectivo más asociado a efectos negativos como el aumento de la delincuencia o trabajadores que quitan empleo, en 2008 protagonizan más recelos los de Europa del Este, especialmente los rumanos.

La mitad de los andaluces considera que el número de inmigrantes en la comunidad -623.279 según los datos del último padrón- suponen "demasiados", si bien esta percepción ha bajado siete puntos con respecto a la primera edición del OPIA, pese a que la población extranjera ha aumentado en este tiempo en más de 200.000. Ysi en 2005, un 54,5% de los encuestados decía relacionarse habitualmente con inmigrantes, este porcentaje se ha incrementado ligeramente hasta el 55,3% (un 22,7% afirma tener familiares o amigos extranjeros y un 32,6% habla frecuentemente con ellos).

La vinculación de este colectivo con el mundo del trabajo se mantiene casi inalterable, pues si hace tres años el 72,8% reconocía su aportación al mercado laboral andaluz, en la encuesta de 2008 piensa así es 72,2%. Sin embargo, ha bajado cinco puntos el número de encuestados que destaca su importante contribución al desarrollo económico de Andalucía (del 64% al 58,9%).

Por contra, sube ligeramente la valoración del enriquecimiento cultural que representan. El 17,8% lo menciona entre los efectos positivos del hecho migratorio (el 13,9% lo hacía en 2005) y en las preguntas relativas a las actitudes de los andaluces ante a la diversidad cultural, el 61,3% considera que su presencia enriquece la vida cultural en Andalucía (en 2005 lo crecía el 58,6%). No obstante, un 51,7% se muestra contrario a que vivan en la comunidad según sus costumbres, rechazo que en el OPIA I sólo mostraba el 47,5% de la muestra.

Los responsables de la investigación alertan de una "ligera erosión en el apoyo a la participación de los inmigrantes en la vida social y política andaluza y la conveniencia de atender a la evolución" de estas actitudes en los próximos años. Un 80,5% está de acuerdo con su derecho a traer a su familia, un 77,4% con que se nacionalicen y un 73% con que voten en las elecciones municipales, pero en general baja tres puntos este apoyo.

El estudio tiene en cuanto las variaciones en la respuesta según el sexo, la edad, el nivel de estudios o el lugar de residencia de los encuestados y la presencia de más o menos inmigrantes en su entorno. Curiosamente, en provincias con una mayor tasa de población extranjera como Almería o Málaga son menos los que consideran excesiva su presencia y su valoración es más positiva. En Cádiz o Jaén se percibe la inmigración como algo menos favorable tanto en términos económicos y laborales como culturales. A menor edad y mayor formación, la valoración es más positiva, y los hombres tienden a reconocer más su aportación el desarrollo económico de Andalucía.

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