Antonio Jesús González Díaz, el presidente de la Junta Extraordinaria de Accionistas que fue despedido de su trabajo por no plegarse al chantaje de Luis Oliver y Mario Conde, ha demostrado estos días una integridad inquebrantable que se estila muy poco en el mundo del fútbol, donde por desgracia es más habitual la presencia de chorizos integrales como los que se han compinchado con Lopera para tratar de liquidar y dejar en la más absoluta de las ruinas al Real Betis Balompié SAD.
La actitud firme de este joven abogado, y la de su compañera y secretaria en la Junta, Carmen Zambrano, que dimitió de su puesto de trabajo en CMS Albiñana&Suárez de Lezo en solidaridad con el despido de su compañero, ha permitido desalojar al okupa Luis Oliver del consejo de administración del Real Betis. El empeño del navarro en seguir aferrado al cargo pese a los dos dictámenes judiciales en contra (del juzgado de lo Penal y del Mercantil) es fácil de entender: quería estar al mando cuando se aprobara el Concurso de Acreedores para trapichear todo lo habido y por haber. Es a lo que se dedica y por lo que se confabuló con Lopera. Ahora, aun en el improbable caso de que volviera en unos meses, ya lo va a tener más complicado. La integridad de un bético cabal como González Díaz se lo ha impedido.
