La Consejería de Cultura y la galería Rafael Ortiz organizan la exposición Juan Francisco Isidro. La intensa levedad, en la sala Santa Inés de Sevilla (calle Doña María Coronel), nuevo espacio Iniciarte tras el cierre de Santa Lucía .
La muestra, comisariada por Rafael Ortiz y Miguel Fernández Cid, realiza un recorrido retrospectivo dedicado a Juan Francisco Isidro, quien en su breve pero prolífica carrera (1961-1993) fue uno de los creadores más sensibles y prometedores de su época. Dos décadas después de su desaparición el panorama artístico ha cambiado sensiblemente, pero su discurso intimista, al margen de modas o efectismos, sigue sorprendiéndonos. Su trabajo conjuga planteamientos conceptuales con un proceso lento y metódico. Los objetos que utiliza para conseguir estas alegorías visuales son extremadamente sencillos y no están exentos de humor e ironía.
Su obra abarca materiales y técnicas diversas: papel, lienzo, madera o fotografía, un medio, éste último, en el que hubiese avanzado hasta niveles insospechados por su inusual capacidad para imaginar y descubrir.
Con este proyecto, los comisarios pretenden revisar la figura y la obra de madurez de este importante artista andaluz mediante un conjunto de piezas que ilustran lo más significativo de su trayectoria artística. Dichas piezas provienen de colecciones tanto públicas como privadas entre las que se encuentran el Banco de España, La Caixa o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) .
Según se recoge en el catálogo de la muestra, las imágenes de Isidro manifestaban una marcada búsqueda de claridad, nominando los sujetos sin adjetivarlos, una concreción consecuencia de la exactitud en la observación. El ejercicio de la atención resultaba una disciplina fundamental en él porque era el modo de mantener un estado más penetrante de la actividad, lo cual promovía e intensificaba la percepción, además de controlar el factor consciente. Todo ello encaminado a facilitar un buen entendimiento con la obra, una comprensión que partiese de ella misma, no del título o de instrucciones de uso.
Parece invocar en su práctica, y también para el espectador, un tiempo dilatado, el silencio que el arte exigía si se quería oír ese sonido suministrador de intervalos para propiciar ese diálogo intenso que se hacía duración.
La muestra, que es gratuita, puede visitarse de martes a sábado -salvo festivos-, de 11 a 14 y de 18:00 a 20:30 horas, y los domingos de 12 a 14 horas.