No hay una fórmula mágica para salir de la crisis que nos acosa, pero sí es importante que Gobierno, instituciones e individuos actúen de forma conjunta y rediseñen la tabla de compromisos para ajustarlos a la nueva situación, según expuso ayer el divulgador científico Eduardo Punset, en la conferencia La toma de decisiones en tiempos de crisis que ofreció en el Instituto de Estudios Cajasol.
Este cambio no es tarea fácil porque para ello hay que tener bien claro qué compromisos se quieren mantener, cuáles se adquirirán y lo que esta evolución nos costará, apostilló Punset, quien enfatizó que para ello hay que estar dispuesto a aceptar cambios de opinión.
Este experto, que en 1980 publicó el libro La salida de la crisis, explicó que en épocas de depresión se suele llamar a los líderes jóvenes y se deja a un lado a los mayores, por lo que señaló que ahora es el momento ideal para preguntar a la gente joven qué piensa y qué cree que hay que hacer. Un ejemplo que puso de que en época de crisis se tira de los jóvenes es EEUU, donde ha salido elegido presidente Barack Obama.
Además, señaló que en estos tiempos más duros las decisiones que se toman están más cargadas de emoción, porque se actúa con menos conciencia, aflora la intuición, "algo que es bueno", aseguró Punset.
Asimismo, propuso que se utilicen los procesos automatizados, porque es más difícil confundirse. Explicó que cuando él planea un viaje con una anticipación de tres meses y pide la dieta actúa bien, porque si el viaje se saca con un día de antelación el precio es mucho más elevado. "Con los procesos automatizados heredados del cerebro rectilíneo es difícil confundirse", remarcó.
En su conferencia Eduardo Punset también aprovechó para recordar que no sólo los humanos son seres inteligentes, "hay hombres que no lo son", porque la inteligencia tiene tres componentes: la flexibilidad para cambiar de conducta; ser capaz de representar mentalmente una situación, "porque así se podrá intuir y predecir algo que va a pasar"; y tener contacto con el resto del mundo.
Pero uno de los aspectos fundamentales de la inteligencia que es la flexibilidad para cambiar de conducta es uno de los puntos débiles del hombre, según criticó. Prueba de ello es que estamos en el siglo XXI, el de los grandes cambios tecnológicos, "pero con una sociedad que tiene instituciones que funcionan con normas del siglo XIX y con mentalidades de la edad media", en referencia al machismo que aún perdura.
Para cambiar esta situación, Punset se mostró optimista con la reforma educativa, aunque aclaró que habrá que enseñar a los profesores "a gestionar la diversidad, porque ahora, a diferencia de mi época de estudiante, en la que éramos todos iguales, como gotas de agua, hay alumnos muy distintos". Pero, según indicó, los docentes también se tendrán que enfrentar a otro reto: "Gestionar las cosas que los estudiantes tienen en común, es decir, las emociones básicas y universales como el desprecio, la rabia, la intolerancia, el asco la felicidad".
Para ello apostó por la educación emocional, que desarrolle el control de las emociones y la inteligencia emocional. Explicó que este sistema se está aplicando ya en EEUU, Holanda y Reino Unido y con éxito. De hecho, aseguró que en los estudios que se han realizado de los resultados de este sistema se ha detectado que ha descendido en más de un 10% la violencia y el consumo de droga y, sin embargo, han aumentado los conocimientos.
Sin embargo, este sistema cree que no se implantará en España hasta dentro de unos años y primero se aplicará en el sector privado. Punset comentó que se podrá copiar el método de otros países adaptándolo a España o se implantará uno nuevo, "y una vez que se compruebe que funciona, el sector público seguirá al privado". Este experto insistió en que para seguir por el buen camino a los niños hay que enseñarles a gestionar sus emociones básicas.
