-Avánzit es ahora Ezentis. ¿Qué se ha querido dejar atrás en esta nueva etapa?
-Hay que verlo en términos de lo que queremos dar de más, no dejar atrás. Avánzit es una compañía de cuyo pasado me siento orgulloso aunque, como toda empresa, tiene sus luces y sombras. Tenemos que aprovechar las luces y trabajar sobre las sombras. Pasamos página pero leyendo la anterior y aprovechando las cosas positivas de Avánzit con un nuevo impulso. Eso es lo que representa el nombre Ezentis, un plan de transformación para convertirla en una compañía líder en el sector de infraestructuras tecnológicas y tecnología.
-¿Cuáles van a ser las líneas de negocio prioritarias?
-Potenciaremos las telecomunicaciones, porque el mundo necesita banda ancha y nosotros hemos hecho 6.000 kilómetros de fibra óptica, la tecnología y las infraestructuras, no sólo ferroviarias. Todo ello en el contexto de la internacionalidad. La compañía tiene una base de operaciones fuera de España muy amplia, está presente de forma permanente en más de 20 países emergentes y en desarrollo, donde está el crecimiento. De hecho, este año más del 50% de los ingresos procederán de fuera y daremos más recorrido al campo internacional.
-¿Cuáles son las cifras y el marco temporal del nuevo plan estratégico de la compañía?
-El objetivo es ser una empresa con más de 400 millones de negocio en 2012 y un Ebitda en torno a 35 millones. Es alcanzable porque gira en torno a un mayor crecimiento en países internacionales y afianzar el posicionamiento en España. Ezentis es una compañía útil para la sociedad porque hacemos telecomunicaciones, redes, ferroviario, instalaciones... Estamos embarcados en un proyecto para transformar esa utilidad en rentabilidad, que está muy vinculado a Andalucía porque aquí estamos localizando nuestras actividades. Vivimos en un mundo de globalización donde hay que elegir una base de operaciones. Hemos elegido Andalucía porque reúne varios requisitos. Ha apostado siempre por la innovación y ha seleccionado sectores de futuro como el aeronáutico, energético o tecnológico y porque son tiempos en los que se impone la colaboración público-privada.
-¿El contexto actual de crisis puede ralentizar el crecimiento, al menos en España?
-El plan estratégico contempla un escenario de crecimiento corto en España pero que sigue adelante en los mercados emergentes, por eso nos enfocamos a América Latina -estamos entrando en Brasil-, el Norte de África y Oriente Medio. Tenemos 4.500 empleados, de los que el 60% está fuera de España. Ezentis lleva más de 15 años establecido en esos territorios.
-En julio de 2009 se anunció el traslado de la sede social a Andalucía a cambio de la entrada de la Junta en su capital. ¿Se han cubierto las expectativas de la compañía?
-Las cosas no ocurren de un día para otro y hay que trabajar en los proyectos, pero para nosotros estar en Andalucía tiene varias implicaciones: apostar por un territorio en crecimiento en sectores estratégicos, captar talento y su potencial. Nuestro objetivo es, desde Andalucía, hacer una compañía líder con presencia más importante en el campo internacional.
-Imagino que habría contactos previos con otras comunidades ¿Qué les hizo decidirse por Andalucía?
-Yo no estaba en concreto [en la presidencia], pero mi vida ha girado en torno a las localizaciones de inversiones por mi pasado como presidente de General Electric. Estoy convencido de que hubo conversaciones con otras comunidades, pero entiendo que la oferta andaluza es más atractiva. En Andalucía habrá problemas de indicadores, pero hay potencial y cuando apuestas por un territorio no te fijas sólo en la radiografía actual, sino dónde puedes estar al final del camino. Nuestro proyecto no es cortoplacista ni un sprint, es una maratón.
-Entre esos atractivos está la ayuda a la financiación -el problema más recurrente de las empresas- e incentivos. ¿La Junta está cumpliendo su parte del trato?
-Sí, está cumpliendo las expectativas. Como todas las empresas, trabajamos en tres áreas: la estructura financiera, la eficiencia y la transformación, hacia dónde queremos ir. Andalucía está colaborando en las tres.
-Avánzit había comprometido en la región cuatro centros y 500 empleos ¿En qué punto se encuentran esos proyectos?
-Es un trabajo en progreso. Estamos ya cerca de las 100 personas vinculadas con la sede social adicionales a las que había en la base del sector ferroviario y en la localización de un centro de servicios tecnológicos en la provincia de Jaén. En la segunda fase, habrá otro centro en Almería.
-¿Les está afectando tanto cambio de interlocutores en la Consejería de Innovación?
-Mantenemos muy buenas relaciones con la Agencia IDEA y con la Consejería. No observamos cambio de ningún tipo y la tendencia sigue siendo apostar por sectores de futuro y por localizaciones en Andalucía. Es importante que la agenda política coincida con la agenda de desarrollo y creo que aquí ocurre.
-¿Qué fue 2009 para Ezentis?
-2009 ha sido un año de saneamiento y de limpieza. Ofrece resultados negativos porque hemos hecho un saneamiento de activos. Muchas empresas deberían ajustar el valor de sus activos porque las cosas no valen lo que hace unos años. Es una prueba de entereza y de afrontar con valentía el futuro. Limpiar el pasado desde un punto de vista financiero te permite crear una plataforma para crecer y eso ha tenido un entendimiento muy razonable de los mercados. Habría sido más fácil pasar desapercibidos, pero no hay por qué.
-¿Cómo fue el comportamiento del valor en bolsa?
-Se enmarca dentro del comportamiento de los valores bursátiles, que en estas semanas viene a ser una montaña rusa.
-¿Cómo ve 2010?
-Soy una persona optimista. No sólo creo en la versión oficial de que España no es Grecia, sino que tiene un potencial que no tienen otros países. Dicho eso, creo que hace falta actuar en el campo de las reformas y me gustaría que hubiera más determinación para adaptarse a las nuevas realidades. En nuestro caso lo veo con optimismo, sobre todo, centrado en la expansión internacional.
-¿Año de inversiones o de consolidación?
-Es un año de transformación en liderazgo, en negocios, en ubicación y en resultados porque nuestro objetivo es acabar en positivo. Hay que seguir dirigiendo el cambio. La economía necesita empresas diferentes, muy ajustadas en costes sin olvidar el crecimiento para ser menos vulnerable a los ciclos económicos.
-Al margen del apoyo público a su financiación ¿Ha mejorado el problema de la banca?
-La banca tiene sus propios problemas. Lo que requiere la financiación es un cambio de mentalidad de empresarios y directivos. Tenemos que considerar que los bancos son nuestros clientes en vez de proveedores, y ganar su confianza con transparencia, explicando el proyecto y evidenciando que lo cumples. Pero sigue siendo difícil, restrictiva. Avánzit tiene acceso al mercado de capitales al cotizar en bolsa y eso es un plus, obliga a tener rigor financiero y permite más visibilidad en los mercados.
-La Junta ha desembolsado ya dos millones de los seis prometidos. ¿Cuál es el calendario para sumar el resto?
-Cualquier desembolso de la Junta está condicionado al cumplimiento de nuestras obligaciones en creación de empleo (500 puestos en dos años).
-La región ha sido pionera en universalizar la banda ancha. ¿Hay tanto retraso tecnológico en España?
-España destaca en la digitalización de hogares. Las empresas están menos avanzadas, la brecha es empresarial.
-¿Ve con preocupación el recorte presupuestario en Innovación pese a querer sustentar el cambio de modelo productivo?
-Hay cosas que corregir. El segundo Plan estaba enfocado a sostenibilidad y a tecnologías de la información, pero en realidad no ha ido a estas últimas. Se ha hecho mucho carril bici y poca autopista de la información. Eso habría que coordinarlo mejor. Ha sido una oportunidad que ha pasado de largo. En Innovación habría que agregar la ayuda, que está muy dispersa. Y la administración tiene que tomar una decisión ¿Innovación en cualquier sector o apostar por algunos? No se puede hacer de todo.
-¿La morosidad es un lastre de la Administración?
-España se ha diferenciado del mundo en el sistema de pagos. Cualquier inversor extranjero ha mirado con perplejidad los plazos de pago en España. No es sólo la Administración, son las empresas grandes, pequeñas, medianas, todo el mundo. Es una cadena de algo mal montado históricamente con unos plazos absolutamente improductivos. Cuando había viento de cola y financiación asequible no era un problema y ahora sí lo es. Con dificultades o no de financiación, eso hay que cortarlo.
