Es el secretario de Estado para la Unión Europea, un cargo que le permite explicar allá por donde va la importancia que tiene esta institución, que fue capaz de lograr en pocos días la paz entre Rusia y Georgia.
-Da la sensación de que España, a raíz de los la reunión en París del G-4 para debatir de la crisis y de la que quedó excluida, parece que no tiene mucho peso en la Unión ¿Es una simple percepción o es la triste realidad?
-En la reunión de París no hubo acuerdo, además fue un encuentro de los miembros europeos del G-8 -Francia, Italia, Alemania y Gran Bretaña-, grupo al que España no pertenece por lo que no tendría mucho sentido su presencia. Lo que tiene peso de verdad es la Unión Europea, los 27 países juntos que nos vamos a ver esta semana primero a nivel de ministros de Asuntos Exteriores y luego a nivel de jefes de Estado, y de ahí van a salir las respuestas de Europa a la crisis financiera y eso es lo que se ha demostrado que tiene verdadero peso. Ningún país por su cuenta consigue nada. Conseguimos todos juntos.
-Eso si se llega a algún pacto conjunto, porque actualmente se duda mucho del liderazgo de la Unión Europea. Por ejemplo, en la crisis del Cáucaso el acuerdo de paz entre Rusia y Georgia tardó mucho en llegar.
-La UE tuvo un momento muy difícil cuando la guerra de Irak la dividió; pero, sin embargo, la crisis de Georgia ha puesto de manifiesto que la UE tiene capacidad de liderazgo en conflictos internacionales. Ha sido la única organización internacional que ha sido capaz de mediar y que logró que en cinco días cesase el fuego en la zona y un acuerdo de paz duradero.
-En su opinión, ¿a quién hay que darle la enhorabuena de este éxito?
-En este caso hay que reconocer la habilidad a la presidencia francesa y hay que admitir que la UE ha actuado muy bien, unida, sin fisuras, aunque hay que reconocer que hay sensibilidades distintas, pero ésta es una crisis que se ha llevado muy bien.
-¿Qué opinión le merece la jornada laboral de 65 horas? ¿Es volver a la esclavitud?
-En estos momentos hay una directiva que incluye la posibilidad de que en un futuro se pueda trabajar hasta 65 horas semanales. Nosotros estamos radicalmente en contra, España lo rechazó junto con Grecia, y esperemos que en el Parlamento Europeo se frene definitivamente. Hay una conquista de los europeos de la jornada laboral semanal de 48 horas y ese logro lo tenemos que mantener y para eso están las instituciones europeas.
-¿Cree que a pesar de las presiones de algunos países esta directiva podrá quedar aparcada?
-Éste es uno de los ejemplos claros en los que se va demostrar la importancia que tiene la Unión Europea, porque yo estoy convencido de que el Parlamento Europeo va a impedir que la jornada laboral se extienda más allá de las 48 horas semanales.
-España está en el punto de mira de Italia con continuos ataques de algunos de sus ministros por la política de inmigración de nuestro país. ¿Qué le parece esta actitud?
-Nosotros ya pedimos explicaciones a Italia y sólo ha sido la expresión de un ministro italiano. Yo hablé con mi homólogo italiano y con el embajador y nos dijeron que no hiciésemos caso a ocurrencias de este tipo.
-¿Pero esta situación no pude enturbiar las relaciones entre ambos países?
-España se lleva bien con Italia y estas declaraciones desafortunadas no pueden hacer palidecer la gran colaboración que existe, ya que tenemos problemas parecidos en inmigración, además somos países que trabajamos juntos en Europa.
-¿Italia puede tener celos porque España ya le ha superado en renta per cápita y por eso alguno de sus ministros saca los pies del plato?
-No hay motivos para que tengan envidia o celos. En Europa lo que hay que hacer es trabajar todos unidos sin fisuras y no preocuparse de quién es el más listo de la clase.
