Cofradías

La judería se viste de azul y plata en su día grande

Bulla y fervor a la puerta de la parroquia de San Nicolás.

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el 30 mar 2010 / 19:03 h.

Por la calle San José sube un río de capirotes blancos. Falta una hora para que se abran las puertas de San Nicolás, pero hay gente hasta encima de los contenedores. No se cabe. Tanto que la banda de la Cruz de Guía, la de Madre de Dios de los Desamparados, requiere de dos forzudos policías para poder llegar hasta la misma puerta del templo.

Los acordes de las cornetas levantan a más de uno de las sillas plegables: "¡Mira, son la de los plumeros blancos!", comenta una señora al tiempo que se distrae viendo las caras de sorpresa que ponen unas chinas asomadas a un balcón: "Pues todavía no han visto nada", anuncia desde la bulla. Y qué razón tenía.

Cinco minutos antes de la hora fijada para salir (18.10), la madera del portalón comenzó a crujir. Una cuadrilla de hermanos enchaquetados colocaba la pequeña rampa de salida. Tras la maniobra, la Cruz de Guía recibía la claridad de una tarde nublada, aunque sin riesgo de lluvia. No llegan a 20 años los nazarenos de los primeros tramos. Sus manos y sus estaturas les delatan. Algunos asoman la correspondiente tarjeta de identificación (con nombre, dirección y teléfono de los padres) bajo el antifaz, como si de una excursión del colegio se tratara. En el interior del templo, José Antonio Marinero, el fiscal de banda del palio, lo confirmaba: "La comitiva cuenta con 200 niños menores de 14 años. Lo que sitúa la media de edad del cuerpo de nazarenos en 18 años". En contraste, la veteranía se concentra en los últimos tramos del Cristo y del palio, de ello hablan los escudos desgastados que lucen al pecho.

Perdido el Nazareno por las callejuelas de la Alfalfa con la cornetería de Triana, el palio de la Virgen de la Candelaria aguarda el estreno de la tarde. Suena Mi Candelaria, de Juan Manuel Velázquez. La judería se viste de azul y plata. Es Martes Santo.

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