Ya están concretadas en Andalucía las ayudas forestales, específicamente orientadas a ese bosque tan nuestro como es la dehesa. Serán 298 millones, con cargo al Plan de Desarrollo Rural (que cofinancian Bruselas, el Gobierno y la Junta) y gestionados no por la Consejería agrícola, sino por la de Medio Ambiente. Encinas y alcornoques, los reyes.
Cuatro destinos afloran en este tipo de subvenciones, acogidas al marco presupuestario comunitario 2007-13. El primero atañe a la gestión sostenible de la finca. El segundo habla de la prevención de los incendios forestales. El tercero, el que tiene un importe más elevado, se refiere a la conservación de las especies silvestres. Y, por último, otras múltiples iniciativas de biodiversidad. Dos convocatorias, con sendas fichas financieras: 139 millones de euros para el trienio inicial, que se arbitrarán en las próximas semanas a través de su publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), y la cuantía que falta completará el sexenio de vigencia de este marco medioambiental.
Se trata de primas que incluyen desde la reforestación hasta el aprovechamiento de la biomasa, pasando por la propia conservación de la dehesa, la planificación económica y medioambiental de las explotaciones (qué voy a hacer en la finca, cómo y cuándo, desde ahora y durante varios años, tanto desde el punto de vista económico como medioambiental, y a ello me comprometo) y la poda y el desbroce selectivos (por ejemplo, la limpieza de ramas de la arboleda ha de tener una justificación, entre ellas la sanitaria, esto es, eliminar las que estuvieran enfermas, o la de mantenimiento, fuera las que estén secas).
Que se clarificaran, vía normativas autonómicas, los dineros y los requisitos para acceder a ellos era esperado como agua de mayo, dice Eduardo Martín, técnico de la organización agraria Asaja de Sevilla.
No se han publicado aún las órdenes al respecto por parte de la Consejería de Agricultura, que dirige Cinta Castillo, pero ésas son las cifras económicas y orientaciones que tendrán, según avanzó el jefe de Servicios del Medio Natural de este departamento de la Junta de Andalucía, José Maraver, en unas recientes jornadas ganaderas celebradas por la patronal en la localidad sevillana de El Pedroso.
"El presupuesto está muy bien dotado, hay muy buenas expectativas de dinero". Habiendo dicho esto, injusto sería lo contrario, Eduardo Martín lamenta la complejidad y las prioridades con que llegan estas ayudas, pues, dice, parecen concebidas para beneficiar a los montes en manos de las administraciones y para propietarios que tienen en las dehesas una segunda (y no la principal) fuente de ingresos, es decir, fincas de pequeño o mediano tamaño.
En el listado de ponderaciones, la elaboración del citado plan forestal (con la planificación económica y medioambiental de las explotaciones), aunque no es de carácter obligatorio, sí es una de las prioridades que más pesan al evaluar si se puede o no acceder a la prima, y este proyecto técnico previo conlleva un coste -ha de ser elaborado por personal cualificado, con la participación de un ingeniero agrónomo o forestal- que no cabe recuperar en caso de que la subvención sea denegada, según las críticas vertidas por la patronal Asaja.
La filosofía de Medio Ambiente, en cambio, es que deben existir una programación y un compromiso a medio y largo plazo por parte de quien explota el monte. "En cuanto a la complejidad, hasta yo me pierdo al aplicar la baremación", sentencia Martín.
