El Consorcio Metropolitano de Transportes no pasará a controlar Tussam ni habilitará una línea específica de financiación para la empresa. La consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, advirtió ayer de que no habrá un plan especial para la compañía pública sevillana y sólo abrió las puertas a diseñar un nuevo marco de financiación del que se beneficien todas las ciudades andaluzas.
Las pérdidas de Tussam -59 millones de euros-, su constante endeudamiento y las cuantiosas transferencias que tiene que realizar el Ayuntamiento para mantenerla a flote -250 millones en cinco años- llevaron al Ayuntamiento este año a abrir una vía de diálogo con la Junta de Andalucía para evitar la quiebra de la sociedad municipal. La argumentación del alcalde parte de una premisa: el servicio urbano no sólo lo usan ciudadanos de Sevilla, sino muchos que llegan del área metropolitana y el coste que representan -el billete sólo resuelve el 50% del coste del viaje- lo asume el Ayuntamiento de Sevilla. De ahí que se plantease que el Consorcio Metropolitano de Transportes, dependiente de la Administración autonómica, entrase a financiar este servicio e incluso a controlar a la compañía, según las propuestas barajadas en el consejo de administración.
Desde que se abrió este debate, la Junta nunca ha abierto claramente las puertas a entrar a resolver los problemas económicos de las empresas municipales. No sólo Lipasam y Tussam están prácticamente en la quiebra, sino decenas de sociedades públicas similares. Hacer una excepción con Sevilla sentaría un precedente para otras ciudades que la Junta quiere evitar. La firmeza de estos planteamientos es tal que fue la Consejería de Hacienda la que bloqueó la refinanciación de un crédito contemplada en el plan de estabilidad presupuestario de Lipasam ya que se trataba de una operación que se autoriza a administraciones públicas, pero no a empresas municipales.
Pese a esto, antes del verano, el alcalde solicitó a Rosa Aguilar la elaboración de un plan de ayuda. Aunque el debate sigue abierto, como subrayó la propia consejera, las líneas básicas de trabajo dejan poco margen de maniobra. Y así lo advirtió ayer Rosa Aguilar en su visita a las obras de la Puerta de Jerez.
"He sido alcaldesa de Córdoba donde hay una empresa de transporte pública, y es normal lo que ha solicitado el alcalde. Pero los consorcios de transportes no se crean para quedarse o controlar una empresa municipal, sino para coordinar y sumar esfuerzos de todos los servicios de transportes. Otra cosa es el déficit del transporte público. Cada uno pide lo que cree conveniente y lo estudiaremos", apuntó Rosa Aguilar, quien a continuación subrayó un planteamiento que contrasta con la propuesta municipal: "Sin lugar a dudas, si se busca una alternativa, será para todas las empresas públicas que participen en los consorcios de transportes. Y habrá que oír en cualquier caso a la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. Es un tema de calado, un problema que no es nuevo y que no se puede solucionar de un día para otro".
El modelo esbozado por el alcalde de Sevilla y por varios de los consejeros de Tussam plantea, sin embargo, un régimen específico para la empresas de transportes por su carácter de gran capital y por su relación con una amplia área metropolitana. De hecho, en los documentos municipales se ha planteado como referente el modelo que funciona en Madrid y Barcelona.
El Ayuntamiento confía en el respaldo de la Junta de Andalucía para sacar adelante Tussam, aunque ya hay otras propuestas urgentes sobre la mesa: reactivar la operación del Prado, aprobar un plan de saneamiento y definir un nivel de transferencias a la empresa para los próximos años.
