Educación pactó ayer con un solo sindicato el nuevo sistema de acceso a la función pública docente, 48 horas antes de una huelga general de profesores en contra de ese mismo modelo, que primará la nota sobre la experiencia en la colocación de interinos. Antes de la firma del acuerdo, los otros 6 sindicatos de la enseñanza amagaron con bloquear la nueva normativa en los tribunales.
La Consejería de Educación sólo ha podido contar con un sindicato (UGT) para sacar adelante el acuerdo que reordena la función pública docente y la colocación de interinos. La firma del pacto se precipitó ayer de forma inesperada, haciéndose pública unos minutos después de que el resto de sindicatos -CCOO, ANPE, CSI, SADI, CGT y Ustea- hicieran público su rechazo a ese nuevo sistema y llamaran al profesorado a una movilización en bloque para mañana.
Pero el nuevo modelo que cambiará la forma de entrar en el funcionariado docente ya no es un borrador, sino un acuerdo firme que ha sido suscrito entre la Junta y un sindicato, 48 horas antes de que los profesores expresen en la calle si están o no de acuerdo con ese sistema. La consejera Teresa Jiménez dijo ayer estar "convencida de que este acuerdo es el mejor posible", y no ha esperado a saber cuál es el resultado de la huelga de mañana, la primera del sector de la enseñanza en año y medio de legislatura. "Cuando se conozca el contenido del acuerdo, no habrá ninguna incertidumbre" que les haga ir a la huelga, dijo.
En el último mes, Educación se ha reunido con los sindicatos en tres ocasiones para tratar de consensuar este tema: dos mesas técnicas y una mesa sectorial, pero todos los sindicatos, excepto uno, se han negado a aceptar el cambio de sistema de selección de profesores. La consejería les acusa de "sinrazón", y estos tachan a Jiménez de "abuso de poder" por aprobar un reglamento que afecta de lleno a toda la plantilla docente, y "al que se opone la práctica totalidad de los docentes".
Los seis sindicatos convocantes de la huelga denunciaron ayer que el nuevo decreto es "ilegal", porque supone un agravio comparativo entre los interinos actuales y los que serán interinos con el nuevo sistema, a partir de las próximas oposiciones. Según el acuerdo firmado ayer, los primeros conservarán la prioridad para lograr una plaza como sustitutos, y los segundos competirán en igualdad de condiciones con el resto de aspirantes. A partir de este año se implantará un nuevo sistema de selección que reordenará las bolsas de interinos según la nota del examen, y no del tiempo trabajado, como ha ocurrido durante los últimos 20 años.
El acuerdo establece que los interinos que hay ahora mismo -unos 12.000- no notarán el cambio. Todos ellos seguirán teniendo privilegios de colocación en las futuras convocatorias de oposiciones "hasta que consigan la plaza fija". La Junta nunca pondrá a un aspirante nuevo por delante de ellos, aunque logren mejor nota en el examen de oposición.
El sistema para colocar a los nuevos interinos empezará a aplicarse a partir del 30 de junio de este año con los aspirantes de Primaria, y a partir del 30 de junio del año que viene para los de Secundaria (ambas fechas de las oposiciones). A partir de entonces, los mejores opositores irán por delante en la lista de espera para cubrir sustituciones. La Junta buscará una forma de equilibrar el peso de la experiencia con el de la nota, aunque esto aún no se ha perfilado. Cuando los 12.000 interinos actuales sean fijos, Educación pondrá el contador de temporales a cero. Con el nuevo sistema, lo máximo que puede haber trabajado el futuro interino cuando se vuelva a presentar a las oposiciones son dos años. Entonces necesitará aprobar para conservar la plaza.
