La Junta de Andalucía está buscando a la niña-hospital de Los Pajaritos un piso sin barreras y que pueda responder a sus necesidades. Las condiciones de la entrega se podrían ver la próxima semana, aunque sus padres ya han anunciado que rechazan la opción del alquiler.
Ainoa podría abandonar pronto su piso de 40 metros cuadrados de Los Pajaritos en el que ella y su familia viven hacinados entre una cama articulada, respiradores, bombonas de oxígeno, carros y andadores. Ello, claro está, si la familia alcanza un acuerdo sobre las condiciones que permitan la entrega de la nueva vivienda.
De momento, la Junta de Andalucía ha intermediado con la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA) y la Administración local para localizar el piso idóneo. De esta forma, desde el pasado mes de enero la familia ha visitado varias viviendas, aunque todas han sido rechazadas, porque no cumplían las condiciones necesarias.
Todas, menos una. Según explicó la madre de la pequeña de cinco años, María Dolores Lara, la semana pasada acudieron a una vivienda en la Negrilla "de tres dormitorios, ascensor" y un pequeño patio "en el que podría poner a mi hijo una piscinita en el verano, ya que no podemos salir por Ainoa, y en el que ella podría al menos tomar el sol", decía ilusionada María Dolores. A su lado, su marido, Manuel Villa, apuntaba con énfasis que la vivienda tiene "dos baños y con bañera" -su piso actual tiene un pequeñísimo plato de ducha-.
Desde la Junta de Andalucía, cuya labor en esta tarea ha sido de intermediaria, se apunta que la semana próxima se podría revisar las condiciones en las que se realizaría la entrega. No obstante, desde la familia ya se anuncia que "no queremos el alquiler y menos si se trata de algo temporal", señaló María Dolores, pues, en tal caso, "no nos solucionaría el problema cuando se cumpliera el plazo".
La familia propone el trueque de su actual vivienda, que ha sido pagada gracias a la caridad de una congregación religiosa, "por un piso en el que mi hija pueda tener mejores condiciones de vida" e, incluso, "estamos dispuestos a pagar una pequeña cantidad por el nuevo piso", afirma la madre; mientras su marido, Manuel Villa, apunta que "no queremos nada gratis. Ofrecemos lo que tenemos para lograr algo mejor para Ainoa, como querría cualquier padre".
Según relatan, la opción que podría barajarse "es sólo por cinco años, alquilando nuestro piso para pagar el alquiler de la nueva casa", una propuesta que rechazarían. No obstante, esta opción no ha sido confirmada ni desde la Administración municipal, ni desde la autonómica, desde la que se aseguró que están buscando "una solución de manera urgente, porque el caso lo requiere" y que las condiciones de la entrega se negociarán con la familia.
Dependiente. Ainoa sufre serias malformaciones genéticas en pulmones, corazón e intestinos, lo que le obliga a estar de por vida enganchada a una bombona de oxígeno para poder respirar y a una bomba de alimentación. A pesar de su corta edad, ha tenido que soportar cinco cateterismos realizados en Sevilla y el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, dos operaciones de corazón, tres intervenciones de intestinos, una traqueotomía y una gastrostomía.
Su casa se ha convertido en un auténtico hospital y sus padres en sus enfermeros de los que requiere día y noche cuidados constantes. La odisea viene cuando tiene que salir a la calle. "Es imposible bajarla una persona sola desde un segundo, con la silla y por una escalera tan estrecha". Ya hace un año reclamaron un piso adaptado, aunque "no hubo respuesta".
