Cultura

La Junta busca sustituto a Antonio Álvarez, que dejará el Bellas Artes

El aún director del museo asumirá el Comisariado del Bicentenario de ‘La Pepa'.

el 09 sep 2010 / 20:43 h.

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El director del Museo de Bellas Artes de Sevilla, el gaditano Antonio Álvarez, dejará más pronto que tarde el cargo para regresar a su ciudad de origen y comisariar el Bicentenario de la Constitución de 1812, popularmente conocida como La Pepa.


La Consejería de Cultura ya ha dado luz verde a su marcha y está trabajando en la elección de su sustituto, para lo cual se sopesa también la opción de mantener a un director de forma interina hasta el final de legislatura, algo que ya se hizo cuando Enrique Pareja fue destituido y le suplió, de forma interina, el conservador de la pinacoteca Ignacio Cano.
De cuajar esta posibilidad, la mejor situada en esta ocasión es la también conservadora Valme Muñoz, una de las comisarias de la reciente exposición sobre el rico patrimonio de la Casa de Alba, que tan buenos resultados de público cosechó.


No obstante, y tras lo sucedido en el relevo de José Lebrero al frente del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) -éste en época de la anterior consejera, Rosa Torres-, ante este tipo de decisiones la consejería acordó adoptar el manual de buenas prácticas, que en aras de una mayor transparencia e igualdad de oportunidades, pasa por la apertura de un concurso de méritos en el que un jurado cualificado decide de entre los currículos presentados el más apropiado, con independencia de que después la consejería se reserve la potestad de decantar su voto de calidad por uno u otro. Es lo que sucedió en el CAAC y la ex consejera, junto al ex director general de Museos, Pablo Suárez, defendieron públicamente ese proceso abierto como el más idóneo, en contraposición al de la designación a dedo de un candidato, por bueno que sea.
Así las cosas, la marcha de Álvarez, arqueólogo de profesión y que venía del Museo de Cádiz -bastante más llevadero que el Bellas Artes- sin tener una formación específica en pintura o escultura, se da por hecho en el Palacio de Altamira.

Lo confirmó ayer a El Correo el propio Paulino Plata, consejero de Cultura, quien señaló que "lo que resta es resolver el papeleo, pero ya está hecho. A Antonio le apetecía lo del Bicentenario, que para la Junta es muy importante, Luis Pizarro le había reclamado, y nosotros encantados de poder ayudar". Eso sí, preguntado por su recambio, aseguró que "ya estamos trabajando en ello y hay muy buenos profesionales con opciones de ser fichados", al tiempo que descartó que el museo vaya a quedar descabezado con la salida de Álvarez. "El Bellas Artes tendrá su director. Eso es seguro. Ahora, lo que no sabemos aún es cómo haremos el proceso, porque tenemos que saber si Antonio querrá reincorporarse tras la celebración del Bicentenario o si su baja será definitiva", apostilló.


Y parece más bien lo segundo, pues Álvarez hace ya tiempo que dio por concluido su periplo en Sevilla, donde las ha pasado canutas con un comité de empresa sumamente beligerante -y consentido por cierto estamento con poder para ello- y, sobre todo, con capítulos para no olvidar -pese al carpetazo oficial que se le ha dado- como el robo de la cruz del Santo Domingo Penitente, todo un expediente X.


Por contra, le han tocado varias peritas en dulce en forma de exposiciones -la de la duquesa de Alba y la de Murillo- que, si bien no fueron gestionadas por él, sí le han brindado varios subidones de visitantes a una pinacoteca que, no se olvide, está en un momento crucial: el de su ampliación tras años y años de quimeras. "El Estado sigue cuadrando sus números y esperemos que todo vaya bien", dijo al respecto Plata.

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