Economía

La Junta considera residual el impacto económico del veto alimentario de Rusia

Las producciones más afectadas son las frutas y hortalizas, mientras que se libran los productos envasados. La agroindustria confía en que no vaya a más.

el 13 ago 2014 / 10:00 h.

TAGS:

Una jornalera recoge melocotones en una finca ubicada en la provincia de Sevilla. / Gregorio Barrera Una jornalera recoge melocotones en una finca ubicada en la provincia de Sevilla. / Gregorio Barrera De momento se respira tranquilidad. El veto de Rusia a las importaciones sólo atañe a las producciones agrarias en fresco, no a las envasadas, aunque se trata de un país que despertaba grandes expectativas andaluzas para las frutas y hortalizas y las carnes de cerdo ibérico. Pero las pérdidas económicas no son tan graves, sino residuales. El impacto económico de la prohibición para el campo regional rondaría los 75 millones de euros si nos atenemos a las cifras de exportaciones alimentarias facilitadas por la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda), que tiene precisamente en Moscú una oficina propia para impulsar las ventas en el que considera un «macromercado». En concreto, en 2013 la comunidad colocó allí productos del agro por valor de 74,7 millones de euros, cuantía que se hubiera superado este año si tenemos en cuenta que hasta mayo pasado –último dato disponible– el importe ya alcanzaba los 37,5 millones de euros. Pero hay que tener en cuenta que la censura se circunscribe a productos perecederos y a los que requieran refrigeración, y esto limitaría a menos de la mitad el posible revés económico. No serían aquellos casi 75 millones sino menos de 30 millones. Y aunque el importe es holgado, en la comparación con el conjunto de las exportaciones agroalimentarias de Andalucía resulta exiguo. Semejante carácter residual es el que destacó ayer la Consejería andaluza de Agricultura, en un intento de calmar al campo y constatar que ese reducido volumen económico cabría cosecharlo con un mayor esfuerzo en otros mercados. Fuentes de la industria agroalimentaria hicieron hincapié en que hablamos sólo de frescos, no de envasados. Por ejemplo: sí la naranja, no el zumo de la naranja embotellado. Y siguiendo con los números, las ventas agroalimentarias andaluzas a Rusia apenas suponen un 1 por ciento del conjunto de las exportaciones. Ni el uno, ni el dos, ni el diez: ese mercado ocupa el puesto 17 en el ranking de destinos. Muy atrás. Eso sí, teniendo en cuenta que la andaluza es la comunidad más agraria de España, lógico resulta que también esté entre las principales perjudicadas. Los datos del departamento de Elena Víboras sitúan a esta región en el tercer puesto entre todas, con el 12,8 por ciento del total de las ventas agroganaderas de España a Rusia, muy por debajo de Cataluña (un 34 por ciento) y de la autonomía valenciana (26,1 por ciento). La clave estriba en las frutas, no tanto en las hortalizas. Los productos hortofrutícolas representan el 59 por ciento de las ventas alimentarias andaluzas a este Estado. Aceite de oliva, aceituna de mesa y derivados cárnicos son también mercancías destacadas. Pero ni el oro verde ni su hermana pequeña, la oliva, se encuentran dentro del listado de prohibida entrada. A través de un comunicado, el Gobierno autonómico aseguró que vigilará que ninguno de los afectados en Andalucía quede excluido de las medidas compensatorias que puedan adoptarse en la Unión Europea (UE) ante la decisión unilateral de Rusia de vetar los productos alimentarios, agrícolas y ganaderos de la propia UE, Estados Unidos, Australia, Canadá y Noruega. Elena Víboras valoró la iniciativa del Ministerio de Agricultura de reunirse, el lunes pasado, con el sector agrario para informarlo y consensuar así las medidas a adoptar, e hizo hincapié en que la Junta de Andalucía «será exigente y estará a la expectativa para que todas las ellas estén pactadas». En la industria confían en que la tensión comercial con Moscú a cuenta del conflicto en Ucrania no vaya a más y que o bien se eche para atrás, o bien se siga limitando a los alimentos perecederos sin abarcar la actividad transformadora.

  • 1