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La Junta dará ayudas para 'limpiar' el paisaje de los cascos históricos

Esa dichosa antena que estropea la panorámica o la contemplación misma de la Giralda puede tener los meses contados. La Consejería de Cultura ultima una orden de subvenciones anual para que los consistorios descontaminen sus cascos históricos de cuanto los afea, que es mucho.

el 15 sep 2009 / 11:18 h.

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Esa dichosa antena que estropea la panorámica o la contemplación misma de la Giralda puede tener los meses contados. La Consejería de Cultura ultima una orden de subvenciones anual para que los consistorios descontaminen sus cascos históricos de cuanto los afea, que es mucho.

Uno de los caballos de batalla de la nueva Ley Andaluza de Patrimonio Histórico atiende al apartado de la descontaminación visual y perceptiva; en puridad, de lo que se trata es de proteger no ya tal o cual monumento, sino de cuidar hasta su contexto en el paisaje urbano en que se inscribe. Un contexto que, con más frecuencia de lo que creemos, se ve agredido por la irrupción de numerosos elementos perturbadores que acaban afeando, rompiendo la magia de un escenario redondo.

Es el caso de las molestas antenas, tanto las particulares como las bases de telefonía móvil, de las parabólicas, de los aires acondicionados a la vista, del cableado eléctrico que no se disimula para acabar antes, de los contenedores de basura o reciclaje que se comen una plaza como la de Zurbarán o la de Santa María la Blanca, por no hablar de los aledaños de la iglesia de San Ildefonso; de unas estaciones de bicicletas de alquiler que Cultura, paradójicamente, ha permitido que se instalen en entornos protegidos, pese a las denuncias registradas de ciudadanos sensibles al horror visual causado. Y así...

Pues bien, para facilitar y urgir a los consistorios a que pongan en marcha los planes de descontaminación visual a los que les obliga la ley, la Dirección General de Bienes Culturales anuncia, por boca de su responsable, Guadalupe Ruiz, la próxima publicación de una orden de subvenciones destinada a tal fin.

"Estamos trabajando en un plan de descontaminación visual con vistas a que los ayuntamientos puedan ejecutar acciones concretas en sus conjuntos históricos. Hablamos de quitar antenas, rótulos publicitarios... Vamos, de despejar para que luzcan mejor sus hitos monumentales", desgrana Ruiz, quien añade que esa orden estará lista en 2009 "y queremos sacarla cada año".

La valoración de este anuncio no se ha hecho esperar. Desde la asociación conservacionista Ben Baso, a la que pertenece el geógrafo y profesor experto en espacios públicos Víctor Fernández Salinas, se califica como "buena y oportuna" la iniciativa, sobre todo porque, como refiere Fernández Salinas, "detrás de todo esto está el velar por la calidad del paisaje urbano, el creernos que el paisaje de una ciudad debe ser digno de protección más allá del monumento".

Si esto es así, Fernández Salinas no se explica por qué "no aparece nunca la figura del experto en paisaje -ya sea urbano o rural- en las comisiones de Urbanismo y Patrimonio, primando a la postre en los proyectos que se presentan los mismos criterios: los arquitectónicos y, por supuesto, los políticos".

Más contaminación . "Y así resulta -apostilla- que acaban siendo unos contenedores los que organizan el espacio en un nodo tan emblemático como el de O'Donell con Tetuán, o se da carta de naturaleza a que se sigan perpetuando falsos históricos por todos lados, a mantener sólo las fachadas pero a vaciar el contenido de los edificios, a que alguien nos quiera vender su faraónico proyecto de construir, junto a la Torre del Oro, una reproducción real del Titanic y a nuestros políticos se les pongan los ojos como platos; a que nos quieran construir un rascacielos como la Torre Cajasol a pie de conjunto histórico, con lo que se contaminará todo el paisaje tradicional de Sevilla, cuando la Ley de Patrimonio andaluza insta a velar por protegerlo...".

La retahíla de casos polémicos que cita casi de carrerilla Fernández Salinas, que además es miembro de Icomos, el organismo que asesora a la Unesco en materia de patrimonio, relegan a un segundo plano las perturbaciones que provocan las antenas, unos luminosos chirriantes o un mobiliario urbano cuyo emplazamiento no es repestuoso.

"Todos los casos, sean de detalle o de gran escala, tienen su importancia porque configuran un paisaje de ciudad, y en Sevilla se aprecia que falta un timón. El PGOU debería serlo, pero en la práctica su espíritu de crecimiento al modo europeo se ha vulnerado en favor del americano en altura, rompiendo lo que nos singularizaba", reflexiona.

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