Las microfinanzas se han convertido desde hace unos años en una vía de esperanza para la lucha contra la pobreza en los países en desarrollo. Se trata de que entidades locales ofrezcan sus servicios financieros a pequeños empresarios de modo que ello permita crear un tejido industrial en las zonas desfavorecidas. Ésta es la gran novedad del Plan Anual de la Cooperación Internacional Andaluza para 2011, publicado ayer en el BOJA y por el que, de forma complementaria a las partidas destinadas a desarrollo, ayuda humanitaria y educación, se concederán fondos, en términos concesionales, para programas de microcréditos a personas que contribuyan al desarrollo de países considerados prioritarios para la cooperación andaluza.
El presupuesto destinado a los microcréditos es de cinco millones -de un total de 94,7 con los que cuenta el plan- que aportará el Fondo Andaluz para la Promoción del Desarrollo, un órgano concebido por primera vez en los Presupuestos de la comunidad de este año y que concede apoyo financiero a pequeñas empresas que tengan como objetivo promover un crecimiento sostenible en sus países de origen. "Es una herramienta muy novedosa que llega con mucha fuerza a Andalucía; no se trata de una ayuda a fondo perdido y se puede vender como un instrumento con futuro para la cooperación", asegura José María Castells, presidente de la Coordinadora Andaluza de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo.
Los microcréditos puestos en marcha por la Junta están eminentemente dirigidos a los países del sur de América, siendo Iberoamérica una de esas áreas históricamente prioritarias para la cooperación andaluza. Según Castells, "se trata de un proceso bastante lento ya que primero se están localizando aquellas entidades especialistas que van a conceder los créditos". Estas entidades locales tienen que conocer de primera mano el terreno y a las empresas destinatarias de la finaciación. Así, los receptores serán sobre todo cooperativas, pequeños empresarios o firmas gestionadas por mujeres que necesiten de un apoyo para regenerar los recursos disponibles.
El Salvador es uno de los países donde los microcréditos andaluces ponen el foco, y es que existe una experiencia piloto ya realizado sobre el territorio por parte de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). En realidad, Andalucía sigue de forma pionera los pasos del impulso a las microfinanzas que dio la AECID en 1998 a través del Fondo para la Concesión de Microcréditos que ha dado 125 préstamos por valor de 767.440 millones de euros.
Para el presidente de la coordinadora andaluza de ONGs, la cuantía que ha destinado la Junta para los microcréditos, algo más del 5% del presupuesto general para cooperación, "es excesiva para empezar y para estar en tiempos de recortes en ayudas al desarrollo". Y es que los 94,7 millones del presupuesto total para este año suponen una nueva reducción con respecto al año anterior (112 millones), si bien Andalucía sigue siendo la comunidad con mas peso en la cooperación española, ya que aporta un 22% de la contribución total. "Nos preocupa porque con un contexto generalizado de crisis la ayudas al crecimiento del 0,7% del PIB están estancadas sine die", asegura Castells. Sin embargo, destaca que la Junta ha cumplido su compromiso de no reducir las partidas a ONGs, lo que contrasta con las quejas de asociaciones que trabajan en Andalucía con colectivos desfavorecidos.
El nuevo proyecto de cooperación de 2011 cierra el ciclo del plan director que se inició en 2008. Destina el 77% del presupuesto a cooperación internacional centrando sus objetivos en erradicar la pobreza extrema y el hambre, promover la igualdad entre géneros, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Además, pretende consolidar la acción humanitaria -un 10% del total- para revisar las emergencias, la prevención y la reconstrucción de zonas devastadas por desastres naturales, conflictos civiles o situaciones de crisis. Por último, dedica la misma partida (10%) a educación para el desarrollo de la población andaluza, lo que trata de favorecer la participación y la solidaridad social.