El enclave, delimitado con una superficie de 779,16 hectáreas, alberga uno de los principales conjuntos dolménicos de la península y en él se sitúan cuatro túmulos que ya están protegidos como monumentos: La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros y Montelirio. Su construcción tiene 5.000 años de antigüedad, aunque los trabajos arqueológicos comenzaron a partir de la segunda mitad del siglo XIX, con la primera excavación en el dolmen de La Pastora. Además, documentaron la existencia de estructuras de habitación, así como de silos, pozos y fosos vinculados a actividades productivas.
De los cuatro grandes dólmenes, tres se localizan en Valencina de la Concepción (Matarrubilla, La Pastora y Ontiveros) y uno en Castilleja de Guzmán (Montelirio). Entre los enterramientos de menor entidad, destacan el que fue excavado bajo el antiguo depósito de agua de Castilleja de Guzmán, los localizados en las inmediaciones de Montelirio y, ya en Valencina, los conjuntos de El Roquetito y Los Cabezuelos, conformados por pequeños dólmenes y cuevas de carácter funerario.
En este último municipio se localizan restos correspondientes a un poblado. Los de mayor interés son las denominadas cabañas, unas construcciones semisubterráneas con plantas irregulares y en distintos niveles. Asimismo, se han hallado edificaciones de adobe o piedra y materia vegetal pulida con barro. Los silos, grandes vestigios de la actividad productiva del poblado, son de planta circular y perfil variable.
MÁS PROTECCIÓN. La zona arqueológica delimitada por la Junta unifica las protecciones específicas en vigor para los distintos elementos que integran el enclave. La primera se remonta a 1931, cuando se declararon monumentos los dólmenes de La Pastora y Matarrubilla. Esa declaración se amplió en 2003 con la incorporación de los dólmenes de Ontiveros y Montelirio. Además, las normas urbanísticas de Valencina aprobadas en 2007 incluyen disposiciones especiales de protección arqueológica.
