El Gobierno andaluz está estudiando cómo va a afectar la nueva normativa de cajas a la ley andaluza para acometer los ajustes necesarios. Desde el Ejecutivo de José Antonio Griñán aún no quisieron desvelar cómo incidirá la legislación estatal. La ley de cajas de Andalucía acaba de salir del Parlamento de una reforma exprés aprobada el pasado noviembre ad hoc para facilitar la fallida fusión de Unicaja y Cajasur.
Desde el Ejecutivo andaluz optaron por la prudencia y aseguraron que es pronto para valorar el impacto, aunque el presidente andaluz lleva meses alertando contra una "desnaturalización" de las cajas y dudando de que su conversión en bancos, debilitando la Obra Social o el arraigo al territorio, sea un paso positivo para el sistema financiero andaluz.
Además la reforma legal del equipo de Zapatero llega en un momento clave para las cajas andaluzas y cuando han empezado a moverse fichas hacia la gran caja, con una posible fusión de Unicaja y Cajasol. Fue el líder regional de IU, Diego Valderas, el primero en avisar de que el flamante marco estatal "se carga" la gran caja andaluza. Unicaja, en el comunicado oficial que emitió la pasada semana para anunciar que había encargado a una consultoría estudios para analizar la viabilidad de la fusión con la entidad sevillana, advirtió de que era también necesario estudiar la incidencia de la nueva ley.
La Junta sigue a a la espera de la decisión del Banco de España sobre el destino de Cajasur. La consejera de la Presidencia, Mar Moreno, recriminó a la oposición que esté haciendo "fuertes críticas" contra Griñán cuando ha tenido "la valentía de mojarse y posicionarse" ante el futuro del sistema financiero andaluz "y eso le honra".
Al PP le exigió que "baje las críticas al presidente y suba la presión del acuerdo". Griñán dejó escrito un guión en el Parlamento señalando a las entidades una serie de pasos hacia su unión en una gran caja andaluza. Ninguna de sus recomendaciones, de momento, se ha seguido.
