La Junta de Andalucía ha reiterado su alerta ante el riesgo extremo de incendios forestales y aconseja no bajar la guardia a pesar de que el número de fuegos registrados este año sea la mitad que la media histórica y la superficie quemada sólo represente el 5,69 por ciento del promedio de la última década.
El director general de Gestión del Medio Natural de la Junta de Andalucía, Javier Madrid, ha destacado que aunque las intensas lluvias del invierno y la primavera pasadas mantienen una mayor humedad en las masas forestales andaluzas, las altas temperaturas de julio y agosto están acelerando la sequedad de la vegetación y aumentando el riesgo de incendios.
Ha añadido que el riesgo de fuego aumenta también en estas fechas por las tormentas secas, que suelen ir acompañadas de rayos, como ocurrió hace unos años con el fuego que asoló una amplia extensión en el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas.
El dispositivo de lucha contra incendios forestales del Plan Infoca -sobre el que Madrid ha reiterado que no ha sufrido recorte alguno en la actual campaña- ha intervenido hasta el pasado 12 de agosto en 335 siniestros, la mitad que la media de la última década, cifrada en 650 actuaciones en suelos forestales.
En cuanto a la superficie afectada, la media de los últimos diez años hasta el 12 de agosto es de 7.774,21 hectáreas quemadas, y en lo que va de año sólo han ardido 442,57 hectáreas, el 5,69 por ciento del promedio de esta década.
Medio Ambiente insiste en que estos datos suponen una comparativa "absolutamente provisional" pues Andalucía se encuentra "en período de peligro alto de incendios" hasta el 15 de octubre "y en cualquier momento se puede producir un siniestro que modifique radicalmente" estos datos parciales.
El 77,9 por ciento de estos siniestros han quedado en conatos al afectar a menos de una hectárea y sólo se han contabilizado en lo que va de año 74 fuegos con categoría de incendio, según los últimos datos facilitados por la Consejería andaluza de Medio Ambiente.
Los 335 siniestros registrados este año han afectado a 442,57 hectáreas, de las cuales, el 93,3 por ciento (412,9 hectáreas) eran matorral y sólo el 6,7 por ciento restante (29,6 hectáreas) correspondían a arbolado.
