El Gobierno andaluz considera que el adelanto de la convocatoria de selectividad de septiembre a julio sería el formato "deseable" del curso universitario. Quedaría más compactado -desaparecería el mes intermedio de agosto en el que los alumnos vuelven a estudiar para recuperarse- y habría más sincronía con el inicio del resto de universidades europeas, permitiendo que los estudiantes Erasmus extranjeros empezasen aquí a la vez que en sus países, y no dos o tres semanas más tarde.
El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, había sido presidente de los rectores españoles y cuando entró en el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero puso la propuesta sobre la mesa esperando que las comunidades autónomas aceptasen adaptar su calendario escolar al Espacio Europeo de Educación Superior: Empezar en septiembre y terminar en mayo era lo más apropiado. Andalucía quiso responder de inmediato. La Secretaría Superior de Universidades -dependiente de la Consejería de Economía e Innovación- planteó la iniciativa el año pasado, dispuesta a coordinar a las nueve universidades andaluzas. Sin embargo, la mayor complejidad estaba en encajar el adelanto del curso universitario con el Bachillerato. Se hizo partícipe del proyecto a la Consejería de Educación, responsable del curso escolar no universitario, pero "la complejidad de coordinar a las nueve universidades y a los 732 institutos de Bachillerato de Andalucía" hacía "inviable" una resolución rápida.
Educación, además, planteó otro inconveniente: que el adelanto del curso en Bachillerato del 15 al 1 de septiembre también afectaría a las pruebas de Secundaria para acceder al Bachillerato. "El ministro de Educación ha reabierto el debate y la Junta asume que es lo más conveniente, pero Andalucía no tiene la envergadura del País Vasco, y un adelanto del curso universitario aquí necesita de un trabajo previo de coordinación y preparación de dos años", explicó ayer el Secretario de Universidades, Francisco Triguero. El consejero de Economía e Innovación, Antonio Ávila, reconoció ayer que "lo primero que hay que abordar es el adelanto de las clases en Bachillerato". "Uno de los objetivos es que el mes de agosto sea exclusivamente para vacaciones", dijo.
Por ley, el curso universitario debe durar 30 semanas, dividida en dos periodos de 15 semanas cada uno. El inicio y final de las clases depende de cada comunidad (normalmente la tercera y cuarta semana de septiembre). En Alemania, por ejemplo, las universidades abren en agosto. Pero en la mayoría de países adaptados al Plan de Bolonia el inicio del curso es en septiembre, y junio es un mes que condensa los exámenes ordinarios, los de recuperación para asignaturas pendientes y los de la primera convocatoria de selectividad. Esto permitiría que todo el alumnado nuevo estuviera matriculado antes del verano, en vez de hacer estimaciones en junio sobre los que van a formalizar su matrícula.