La Junta de Andalucía se enfrentó ayer a una protesta sin precedentes en sus tres décadas de historia. Después de que este mismo año los empresarios de las artes escénicas se rebelaran ante los recortes en las subvenciones y protagonizaran varias protestas públicas contra la Consejería de Cultura, ayer le llegó el turno a un sector del que muy pocos pensaban que sería capaz de levantar la voz contra su principal fuente de ingresos.
Varios artistas del mundo del flamenco, algunos de ellos consagrados y con una más que contrastada trayectoria a sus espaldas, se concentraron a las puertas del Instituto Andaluz del Flamenco (IAF) para exigir "un mejor reparto de las subvenciones y de las contrataciones" que se hacen con dinero público o, lo que es lo mismo, que les permitan trabajar. Sin embargo, y a pesar de que este acto estaba anunciado desde hacía días, nadie de las Consejería de Cultura estuvo allí para atenderles. Y eso pese a que la directora del IAF,_María de los Ángeles Carrasco, sí tuvo tiempo para atender a varios medios para negar las acusaciones de estos artistas.
La situación de extrema gravedad que atraviesa el arte jondo está vinculada con la crisis económica general que vive el país pero, sobre todo, con la excesiva dependencia que tiene de las administraciones, ya que en_Andalucía prácticamente no existe un sector privado, que siempre ha estado ahogado por la iniciativa pública, con festivales organizados por ayuntamientos, diputaciones o la propia Junta, que jamás han cultivado una auténtica e independiente industria del flamenco. Ahora, cuando el erario público no puede permitirse estos lujos y recorta gastos en cachés y certámenes, los artistas no encuentran de dónde obtener contratos que les permitan subsistir. De ahí que sea ahora cuando muchos de ellos se quejen de que "los mismos de siempre" se lleven constantemente las mejores ofertas.
Por ello, unas 20 personas se concentraron ayer en Sevilla a las puertas del IAF, situado en la Casa Murillo. Entre otros, acudieron a la protesta las bailaoras Manuela Carrasco y Aurora Vargas, los cantaores Pansequito, José el de la Tomasa, Calixto Sánchez y Chiquetete y la cineasta Pilar Távora.
Su intención era la de hacer oír sus reivindicaciones y entregar un manifiesto -suscrito por 1.300 personas, según los impulsores de la protesta- a la directora de esta institución, si bien sólo se encontraron con numerosos periodistas, seis agentes de la policía autonómica y un vigilante aguardando.
Aunque en principio estaba previsto una marcha hacia el Parlamento, finalmente se pospuso la manifestación a septiembre, ya que por las fechas muchos de los artistas se encontraban fuera.
Tras concentrarse durante media hora en la Casa Murillo, José Cortés Jiménez Pansequito fue el encargado de hacer entrega del documento en el registro de la institución, ya que no había ningún representante de Cultura para atenderlos. "La directora está de veraneo en la playa y me han dicho que se ha enterado hoy de que íbamos a manifestarnos y que se ha quedado asombrada", dijo indignado el cantaor al salir del IAF.
El artista aprovechó la numerosa presencia de periodistas -debido a lo insólito de esta concentración- para solicitar públicamente que "el flamenco lo gestione el propio flamenco" y no los políticos, y anunció que se va a poner en contacto con las peñas para pedirles también su apoyo.
Pansequito volvió a insistir en que algunos de los artistas que apoyan un mejor reparto de los contratos no quisieron acudir porque se les había amenazado desde la administración con dejar de contar con ellos en el futuro. Además arremetió de nuevo contra Fosforito, al que le pidió "valor" para firmar el manifiesto y le recordó que aunque no reciba nada por formar parte del consejo asesor del IAF, sí que cobra por dar conferencias por este cargo.
Por último, el cantaor lamentó que nadie de la Junta se hubiera puesto en contacto con ellos desde que anunciaron su protesta y avanzó que van a pedir una reunión al PP.
"LOS QUE CONTRATAN SON LOS AYUNTAMIENTOS".
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El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, señaló ayer en_Málaga que se ha desarrollado una "gran política" de fomento del flamenco en_Andalucía. Por ello, dijo no compartir las críticas de artistas que reivindican "un reparto más equitativo del trabajo que origine el IAF", al que acusan de "concentrar la cantidad de trabajo en unas pocas manos", guiándose por criterios de "amiguismo".
No obstante, reconoció que "es normal" que haya discrepancias dentro de la actuación de una administración e insistió en que "la inmensa mayoría" del mundo del flamenco está "a favor" de cómo se está desarrollando esta política, que, según añadió "ha elevado el rango del flamenco".
Por su parte, la directora del IAF defendió la "transparencia" de su institución y negó que "en ningún momento" se haya actuado por "amiguismo" ni se haya "presionado" a los artistas.
En declaraciones a Europa Press, Carrasco dijo estar abierta al diálogo, aunque no entiende "que el principal objeto de crítica sea el_IAF, ya que es la única que se dedica en exclusiva al flamenco", y menos, "que se acuse de amenazas o presiones".
Además, destacó la "transparencia" de su institución, en la cual asegura que "todas las acciones se realizan a través de convocatorias públicas y se publican en el BOJA, y son siempre valoradas por una comisión de expertos a través de criterios objetivos". Por tanto, Carrasco defiende que en el IAF "no cabe intrusismo ni dedismo".
Por otra parte, manifestó que el instituto "no es una agencia de contratación" y que la celebración de festivales "depende de los ayuntamientos, diputaciones o instituciones privadas" que los organizan. Así, la directora afirmó que su "aportación para que haya equidad y diversidad en la programación" la hacen, pero que "en las leyes de oferta y demanda" no pueden participar, lamenta.
Por último, aseveró que "todos deberíamos sumar y no restar" atacando a la institución o a la Llave del Cante Flamenco, Antonio Fernández Fosforito, "que lleva trabajando de forma desinteresada por el flamenco muchos años".